miércoles, 10 de septiembre de 2014

Progresión bíblica

Mucha gente tiene el concepto erróneo de que el Antiguo Testamento es solamente para los hombres de esa era. Se piensa que todo su contenido es de carácter dispensacional, que se limita a esa época. Otros piensan que todo lo que contiene el Antiguo Testamento es para nosotros, y que debemos tomar todo el Antiguo Testamento como una verdad eterna.

En realidad, tenemos que separar las verdades dispensacionales de las eternas. Si la palabra que Dios da a los hombres de cierta época es aplicable sólo a ese tiempo, se trata de una verdad dispensacional. Si se aplica igualmente a todos los hombres de todas las épocas, es una verdad eterna. La verdad eterna es progresiva.

En una era puede ser que Dios diga una o dos cosas solamente. En la siguiente era, habla un poco más. Sin embargo, tenemos que saber que el avance de la verdad solamente se produce dentro de los límites de las Escrituras. Las doctrinas que se desarrollan aparte de la Biblia no se pueden considerar parte de la verdad progresiva.

Al leer Génesis descubrimos que Dios es el Creador, el Gobernador, el dador de la ley, el Juez y también el Redentor. La verdad acerca de Dios en el Antiguo Testamento es progresiva. Estos cinco aspectos son desarrollados adecuadamente en todo el Antiguo Testamento. En Génesis también vemos que la creación del hombre fue gloriosa y su caída muy vergonzosa. Como necesitaba salvación, buscó a Dios y trató de salvarse por sus propias obras.

Esto es lo que el libro de Génesis nos dice acerca del hombre; sin embargo, el Nuevo Testamento profundiza con más detalle en estas cinco verdades relacionadas con el hombre. A esto nos referimos al hablar de la progresión de la verdad. De Adán a Samuel, vemos una teocracia, es decir, el gobierno directo de Dios sobre Su pueblo. Desde David y Salomón hasta la deportación a Babilonía, vemos una monarquía, es decir, El gobierno de Dios sobre Su pueblo por medio de reyes.

Desde la deportación de Babilonia hasta la venida del Señor Jesús, tenemos el gobierno de los profetas y los sacerdotes. Primero hubo una teocracia, luego una monarquía, y después el gobierno de los profetas y los sacerdotes. Desde el principio hasta el final hay un progreso, de preceptos exteriores a preceptos internos. Todo lo que era externo falló, pero luego vino “la justicia” interna. Así que vemos una progresión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario