viernes, 25 de octubre de 2013
La Biblia
No hay ninguna duda al respecto: la Biblia es un libro único.
En realidad es una colección de libros, sesenta y seis en
total. Un autor al comentar sobre la particularidad de la Biblia,
la describió de esta manera:
“Aquí tenemos un libro que fue:
1. escrito durante 1.500 años.
2. escrito a través de 40 generaciones.
3. escrito por más de 40 autores de todo trasfondo social, incluyendo
reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas, hombres de
estado, eruditos, etc.:
Moisés, un líder político, educado en las universidades de Egipto.
Pedro, un pescador.
Amós, un pastor de ovejas.
Josué, un general militar.
Nehemías, un copero.
Daniel, un primer ministro.
Lucas, un médico.
Salomón, un rey.
Mateo, un cobrador de impuestos.
Pablo, un rabino.
La mezcla de temas variados es una de las causas que contribuyen a que tengamos tantas religiones, denominaciones y sectas. Cada una de ellas tiene a la Biblia como “su libro” en mayor o menor medida. Siguiendo la ilustración del punto anterior: La gelatina ha sido mezclada con las galletas. El rompecabezas armado da una imagen irreconocible. En algunos casos la confusión es menor. En otras situaciones, la mezcla ha causado resultados catastróficos.
4. escrito en diferentes lugares:
Moisés en el desierto.
Jeremías en un calabozo.
Daniel en un monte y en un palacio.
Pablo dentro de una prisión.
Lucas mientras viajaba.
Juan en la isla de Patmos.
Otros en los rigores de una campaña militar.
5. escrito en diferentes tiempos:
David en tiempo de guerra.
Salomón en tiempo de paz.
6. escrito con diferentes estados de ánimo:
Algunos escribieron desde las alturas del gozo y otros desde las profundidades del dolor y la desesperación.
7. escrito en tres continentes:
Asia, África y Europa.
8. escrito en tres idiomas:
Hebreo, arameo y griego.
9. Finalmente, sus temas incluyen cientos de tópicos controvertidos.
Aún así, los escritores bíblicos hablaron con armonía y continuidad desde Génesis hasta Apocalipsis. Es una historia que se va revelando…”
GLORIA AL SEÑOR POR SU PALABRA !!!
miércoles, 23 de octubre de 2013
Renovarse
Si Dios razonara como lo hacen los hombres quizá pondría a unos en la basura, enterrándolos para siempre y,
seguramente, tomaría a otros mejores en lugar de aquellos.
Pero el Hacedor que es poderoso para crear nuevos mundos piensa diferente. Él toma siempre la iniciativa de búsqueda,
nos mira al borde de la desesperación, del abismo; nos mira caídos, sabe que estamos perdidos, y toma el camino
hacia la humanidad. Es como si Él no pudiera vivir sin nosotros, cuando somos nosotros quienes sin el Creador ni
pudiéramos existir.
La Escritura, en su riqueza dice: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas. 2Co 5:17 . Este hermoso pasaje nos muestra que cualquier individuo que esté dentro del cuerpo de Cristo es nueva criatura, en griego se escribe Kainos Ktisis, donde Kainos significa: nuevo no en cuanto a tiempo sino nuevo en forma o calidad y
de Ktisis, que significa creación o institución.
La Biblia al Día lo dice del siguiente modo: Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Así es, lo pasado en lo pasado, el futuro ansioso nos espera con expectativas mejores. Por otro lado la palabra que usa Pablo para cosas viejas es una sola en griego: arcaios que significa: lo antiguo, de una era anterior. De ella se derivan arcaico y arqueología .
Lo de atrás se queda atrás, todo se realiza nuevamente, ¡ aprovechemos entonces a comenzar de nuevo!
Lo maravilloso con Dios es que nos da la oportunidad de ser hechos nuevos, de ser rejuvenecidos: El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien
tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila .
Salmo 103:3-5
Cuando todo va mal, cuando uno quiere buscarle, cuando necesitamos horizontes, dejemos todo atrás, a nuestras espaldas y pongamos nuestra mirada en Dios, en aquel que hace nuestras fuerzas como las del búfalo. Por lo tanto, buscaremos su rostro, su poder para que renovados
sigamos adelante en la carrera, y como dijo el apóstol Pablo, el apóstol de los gentiles: Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Fil. 3:13-14.
lunes, 21 de octubre de 2013
Gozaos
“GOZAOS… VUESTRA RECOMPENSA ES GRANDE EN LOS CIELOS…” (Lucas 6:23)
Una perspectiva Bíblica y eterna
Jesús dijo: “Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, os aparten de sí, os insulten y desechen vuestro nombre como malo Gozaos en aquel día y alegraos…” (Lucas 6:22,23). Ahora bien, Jesús no quería decir: “Si os persiguen por Mí, estaréis tan contentos que bailaréis una jota”. No; sigue leyendo: “…vuestra recompensa es grande en los Cielos…” (Lucas 6:23b). Esas siete palabras revelan por qué podemos alegrarnos en las peores circunstancias. Sabes, hay una relación directa entre algo que haces para Dios en la Tierra y algo “grande” que Él va a hacer por ti en el Cielo. Jesús no te está pidiendo que te goces en la miseria por Él. Eso es masoquismo. Dice que tu recompensa en el Cielo por ciertas acciones en la Tierra será tan maravillosa que meramente sabiendo que va a llegar puede transformar tu vida de ahora, sí, ¡incluso crear arrebatos espontáneas de gozo!
Escucha estos tres versículos: “…pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27b); ” tendrás tesoro en el Cielo…” (Mateo 19:21b); “…te será recompensado en la resurrección de los justos” (Lucas 14:14b). ¡Caramba! Dios está siguiendo la pista de todo lo que haces por Él cada día. Vas a ganar más por servir al Señor que lo que jamás te hayas imaginado. Sí, te bendecirá y te recompensará en esta vida, pero eso no es nada en comparación con lo que te espera en la eternidad. Decisiones sencillas como por ejemplo cómo utilizas tu tiempo, tu dinero y tu energía, de repente se convierten en oportunidades de gran promesa.
Cuando entiendes esto, empiezas a vivir con una certeza inconmovible de que todo lo que haces hoy – importa para siempre. ¡Y esta verdad puede cambiar tu vida para mejor!
Juicio y Prejuicio
El juicio del hombre sin la guía del Espíritu Santo, puede volverse prejuicio
Mas JEHOVA permanecerá para siempre: Dispuesto a su trono para juicio. Y él juzgará el mundo con justicia; Y juzgará los pueblos con rectitud. Y será Jehová refugio al pobre, Refugio para el tiempo de angustia. (Salmos 9:7-9)
JUICIO ¿Qué podemos entender por juicio? Ejercicio del entendimiento en virtud del cual se puede discernir la realidad, inclusive el bien y el mal, y así formar una opinión en cuanto a la naturaleza real de alguna cosa o hecho, o el verdadero carácter moral de alguna persona. Por lo general, cuando la Biblia habla de juicio, se da por sentado que el juez es Dios. El juicio de Dios, es desde luego, infalible. Él juzga al mundo en dos dimensiones, la histórica y la escatológica (lo relativo al mas allá).
Especialmente en el Antiguo Testamento hay varias referencias al juicio de Dios sobre la humanidad en ciertas situaciones históricas. A veces Dios juzga a individuos como Adán y Eva, Ananías y Safira. Pero asimismo juzga a las naciones, sobre todo a Israel y las naciones circunvecinas. Destruye a los dioses falsos.
(Génesis 3: 16-19; Hechos 5.1-11; Oseas 5.1; Isaías 16.6, 7; Sofonías 2.11)
La mayor parte de la enseñanza bíblica sobre el juicio, se refiere al futuro, o sea a la dimensión escatológica. "De la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio". El juicio definitivo es el del gran trono blanco, cuando todos aquellos cuyo nombre no esté escrito en el libro de la vida serán lanzados al lago de fuego. Este juicio establece la terrible y eterna diferencia entre el cielo y el infierno. Los que pasarán la eternidad en el infierno serán condenados por su propio pecado. Los que van al cielo no van por sus propias buenas obras, sino por su FE en Cristo, que es la base de la SALVACIÓN y el corazón del EVANGELIO.
(Hebreo 9.27; Apocalipsis 20.11, 12, 15; Romanos 6.23; Efesios 2.8-9; Romanos 3.21-24; 1 Corintios 15.3; 1 Juan 1.7)
De manera que el juicio de Dios sobre el hombre y el mundo, se llevó a cabo en la cruz del calvario sobre Cristo. En ella Él fue "hecho pecado". Aunque Cristo nunca pecó, el juicio de todos los pecados del mundo cayó sobre Él. Así pues, el juicio final de quienes se identifican con Cristo y tienen fe en su sangre, ya se ha verificado en el Calvario. Como consecuencia, el creyente se considera justo, y no tiene ningún temor del juicio final.
No obstante, queda todavía un juicio escatológico que se llama "el tribunal de Cristo". Ya no se trata de la salvación y la condenación eterna, sino de un juicio sobre la eficacia de nuestra vida como hijos de Dios en la tierra. Este juicio será de "fuego" y las obras buenas que el cristiano ha hecho perdurarán (como "oro, plata, piedras preciosas"), pero las malas perecerán (como "madera, heno, hojarasca"). Con todo, "en el amor no hay temor" y tenemos "confianza en el día del juicio".
(2 Corintios 5.21; Mateo 27.46; Romanos 5.18; Romanos 8.1; Corintios 5.10; 1 Corintios 3.12-15; 1 Juan 4.17, 18)
Antes de la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo, el hombre tenía que presentar un sacrificio que era por expiación de culpa y era presentada delante de Jehová. ASIMISMO esta es la ley de la expiación de la culpa: es cosa muy santa. En el lugar donde degollaren el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre en derredor sobre el altar: Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar; ofrenda encendida á Jehová: es expiación de la culpa. (Levítico 7:1-6)
Si el sacrificio de un animal y la sangre rociada sobre un altar era presentado como expiación de culpa, cuanto más la sangre de nuestro Señor Jesucristo que fue rociada en la cruz del calvario nos limpiara de toda culpa, si confesamos nuestra falta delante de Él.
Toda culpa debe ser confesada a quien intercede todos los días por nosotros y este es Nuestro Señor Jesucristo, quien es nuestro abogado en los cielos. "No juzguéis, para que no seáis juzgados", se ha creído que el hombre no debe juzgar. Sin embargo, la Biblia enseña que aunque el juicio del hombre es falible, es también importante y debe emplearse en muchos casos.
Por ejemplo, en el Antiguo Testamento Dios llamó a Moisés para juzgar a su pueblo, en ciertos casos el pueblo mismo tenía que juzgar, y Dios levantó jueces con el mismo fin. Asimismo, el Nuevo Testamento enseña que el juicio del creyente debe comenzar consigo mismo.
(Mateo 7.1) (Éxodo 18.13) (Números 35.24) (Jueces 2.16) (1 Corintios 11.31; 2.15; 5.1-3; 6.1-8). (Ro 13.1-5)
PREJUICIO ¿Que podemos entender por Prejuicio? Una opinión preconcebida y generalmente distorsionada, formulada sin considerar los datos con honestidad.
El prejuicio ciega la razón y se cierra ante argumentos convincentes. El prejuicio lleva a juicios temerarios y a la calumnia. Con frecuencia justifica y fomenta el rechazo o el odio. Es contrario a la caridad, a la verdad y a la justicia.
Cuando es hallado algún pecado en el prójimo, el hombre busca sentirse superior a su prójimo y con facilidad cae en prejuicios. Los grupos minoritarios han sido con frecuencia víctimas del prejuicio de los grupos dominantes. Todo cristiano debe luchar contra el prejuicio reconociendo que también nosotros somos vulnerables a caer en el pecado de prejuicio. Imitemos a Jesucristo, que se entregó por la salvación de todos, aun cuando éramos sus enemigos.
No se debe confundir el prejuicio (que es opinión preconcebida) con el juicio objetivo sobre lo que constituye virtud o vicio. Y que debe ser llevado por la dirección del Espíritu Santo.
Este tipo de forma de pensar está vinculada a la discriminación. Los prejuicios suelen ser negativos (se rechaza a algo o alguien antes de tener el conocimiento suficiente para juzgarlo con motivos) y fomentan la división entre las personas: si un sujeto cree que alguien es malo, no se acercará ni siquiera para conocerlo y comprobarlo.
Un día un hombre de color fue a una iglesia cristiana que le estaba cerca, y tenía el propósito de hablar con el pastor al terminar el culto. Cuando entró en el templo, la comisión de recepción se negó a proporcionarle un asiento, y a él, le sugirieron que fuera a una iglesia de negros. Aquel hombre salió de aquel templo para no volver más. Y pensó “Si también los cristianos tienen diferencias de clase”, “permaneceré siendo un simple creyente, y desde allí atacaré el mal”.
Dios no muestra un favoritismo parcial, tampoco debemos hacerlo nosotros. Cualquiera que muestra discriminación es como un “juez con malos pensamientos” En cambio, debemos “amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”. En el Nuevo Testamento, podemos ver que se notaban dos grupos “raciales”; los judíos y los gentiles. La intención de Dios fue que los judíos fueran un reino de sacerdotes, ministrando a las naciones gentiles. En vez de eso, la más de las veces, los judíos se volvieron orgullosos de su posición y despreciaban a los gentiles. Jesucristo puso fin a esto, destruyendo el muro divisorio de hostilidad. Todas las formas de racismo, prejuicio y discriminación son afrentas a la obra de Cristo en la cruz.
(Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34; Romanos 2:11; Efesios 6:9)(Santiago 2.4, (Efesios 2:14)
Jesús ordena que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado. Si Dios es imparcial, y nos ama imparcialmente, significa que necesitamos amar a los demás de la misma manera. Jesús nos enseña que todo lo que hagamos por el más pequeños de Sus hermanos, lo hacemos por ÉL. Si tratamos a las personas con desprecio, estamos maltratando a una persona creada a la imagen de Dios; estamos lastimando a alguien a quien Dios ama y por quien Jesús murió. (Juan 13:34)(Mateo 25.45)
El racismo, en sus varias formas y diversos grados, ha sido una plaga en la humanidad por miles de años. Hermanos y hermanas, ¡esto no debe ser así! Quienes han sido víctimas del racismo, prejuicio y discriminación, necesitan perdonar. Efesios 4:32 dice, “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Debemos presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.” (Romanos 6:13). Hagamos que Gálatas 3:28 sea una completa realidad, “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
Solo hay uno que se ocupa de llevar toda acusación delante del padre, y este es uno de los tantos nombres que tiene satanás, el acusador, pero todo aquel que ha venido a salvación ha sido dotado de la virtud y el poder de su Cristo, y ellos han vencido por la sangre del cordero y la palabra de su testimonio.
Y oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte. (Apocalipsis 12:10-11)
En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo: cualquiera que no hace justicia, y que no ama á su hermano, no es de Dios.
Porque, este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos á otros. No como Caín, que era del maligno, y mató á su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Cualquiera que aborrece á su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí. Si alguno dice, Yo amo á Dios, y aborrece á su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama á su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar á Dios á quien no ha visto? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad. (1 Juan 3:10-12; 1 Juan 3:15; 1 Juan 4:20; 1 Juan 3:18)
¿Cuántos prejuicios hay en nuestras mentes hacia nuestro prójimo?
Juan 3:16
JUAN 3:16.
Este es el versículo más citado de la Biblia, PERO es citado fuera de contexto sin los versículos acompañantes que califican su significado y muestran que es totalmente opuesto a como la gente lo interpreta cuando lo leen aisladamente. Muchos dicen que este versículo es "la Biblia entera en un versículo."
Infortunadamente están equivocados; ellos ignoran las exclusiones, los requisitos, y las condiciones de la salvación, todas las cuales pueden ser cumplidas con una creencia activa y motivada.
Miremos más a fondo todos los versículos (Juan 3:15-21) en contexto con este famoso versículo, lo cual cambia completamente la errónea interpretación tradicional.
Juan 3:15 para que todo aquel que cree [depende, confía, obedece] en él pueda tener vida eterna [de Dios].
Aún los demonios creen que Jesús es el Hijo del Altísimo, y tiemblan. No es suficiente con creer que Jesús es el Hijo de Dios, usted debe exponerse a sí mismo para oír sus mandatos hablados y persistentemente creer en Él, lo cual es puesto en evidencia por nuestra obediencia.
Usted puede tener vida eterna si paciente y persistentemente espera a Dios en humilde silencio, cree en los mandatos que Jesús le habla a usted y que usted oye, y después obedece lo que Él le manda, para que eventualmente usted entre en unión con Él. De la Palabra del Señor en el interior: "¿Cuál es la evidencia de tu creencia? - la fe operacional." Debemos creer lo suficiente como para tratar de oír, escuchar, y obedecer la voz de Dios - y la evidencia de nuestra fe es producir el fruto del espíritu, y así mostrarnos como verdaderos seguidores de Cristo; y el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, benignidad [o mansedumbre o humildad], y dominio propio.
Las ramas que no producen fruto son echadas en el fuego para ser quemadas. Juan 15:6, Mat 7:19.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo [cada hombre], que ha dado a su Hijo unigénito [a cada hombre], para que todo aquel que en él cree [depende, confía, obedece] no se pierda, mas tenga vida eterna.
No es suficiente creer que Jesús es el Hijo de Dios; aún los demonios creen que Jesús es el Hijo del Altísimo, y tiemblan. Usted debe creer lo que Jesús, la luz y la palabra dentro de su corazón, le muestra y le dice; creer lo que Él dice y lo que Él le muestra es creer en Jesús. Cristo es la luz dada a cada hombre para que pueda creer. Juan 1:1-4,7,9.
Creer es creer lo que usted le oye a Él hablarle; creer lo suficiente como para hacer caso y obedecer a Jesús, quien es la Palabra de Dios y la luz de la Palabra en el corazón de cada hombre que lo reprende anónimamente (y a cada hombre) de pecado. Como los versículos acompañantes a continuación (19,20,21) dicen: "Y ésta es la condenación, que la luz ha venido al mundo (cada hombre), pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que practica lo malo [pecado] aborrece la luz [por lo tanto aborrece a Cristo, quien es la luz], y no viene a la luz, por temor de que sus obras sean expuestas y reprendidas. Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [efectuadas, formadas, provocadas, vigorizadas] por medio de Dios."
Tener vida eterna es haber perdido su vida carnal, habiendo persistentemente creído y obedecido los mandatos que Jesús le ha hablado a usted, para que usted entre en unión con Él, para entonces obedecer las obras que él ordena para la gloria de él y para el gozo de usted.
Juan 3:17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo [a cada hombre] para condenar al mundo [a cada hombre], sino para que el mundo [a cada hombre] sea salvo por él.
Porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las vidas de los hombres, sino para salvarlas. Lucas 9:56. Ser salvo es ser liberado de todo pecado; aún el deseo de pecar es quitado.
Juan 3:18 El que cree en él no es condenado; pero el que no cree [depende, confía, obedece] ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
A los que creen en su nombre, les dio poder de ser hechos hijos de Dios, Juan 1:12; la creencia en su nombre provee acceso al poder, pero uno debe ejercitar ese poder al repetidamente esperar, escuchar, oír, creer, y obedecer a Cristo, la palabra y la luz dentro de su corazón. Sin una creencia en su nombre, no hay manera de escapar la condenación; pero sólo creer que Jesús es el hijo de Dios no tiene como resultado en evitar la condenación. Si usted todavía está pecando, todavía está viviendo en la condenación que vino a todos los hombres, cuando Adán cayó y perdió la vida de Dios. Fuera de la condenación es ser liberado de todo pecado, en comunión con el Hijo y el Padre, y comer del árbol de la vida, con Jesús como su verdadero Señor, proporcionando todas las palabras que usted habla y dirigiendo todas sus acciones.
La cristiandad hoy es enemiga de la cruz, enseñando falsamente que la cruz no es necesaria, y por lo tanto sus creyentes continúan pecando y así permanecen siendo esclavos del pecado, Juan 8:34. La única cruz de la cristiandad es sólo decoración, colgada en las paredes o usada como joya. La cristiandad deja a la gente viviendo en los deseos de la carne, cumpliendo los deseos de la carne y los de los pensamientos de sus mentes, así como el resto de los hombres; ellos son dejados en su naturaleza pecaminosa, caminando de acuerdo a la carne, cuyo fin es satisfacer las cosas de la carne; en sus lujurias, deseos, afectos, placeres, orgullo, ira, vanidad, temor, preocupaciones, planes, etc. Porque si vivís conforme a la carne [la naturaleza pecaminosa], habéis de morir. Rom 8:13.
Juan 3:19 Y ésta es la condenación: que la luz ha venido al mundo [cada hombre], pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Todos los hombres tienen una pequeña medida de la luz (Cristo) que brilla en la oscuridad dentro de ellos para exponer el mal en sus corazones a medida que les ruega de manera anónima que alejen de sus caminos egoístas e impíos; pero los hombres, al amar sus caminos impíos, ignoran las suaves súplicas de Dios y por lo tanto permanecen en la oscuridad, cometiendo pecado, caminando de acuerdo con su mente carnal y su imaginación impía. Si no guardamos [practicamos, obedecemos] sus palabras, cuando morimos (el último día), recordaremos sus palabras con las que nos rogaba que nos apartáramos del mal, y aquellas palabras nos juzgarán. Juan 12:48. De la Palabra del Señor en el interior: "
Todos los hombres están sin excusa; si yo estuviera en silencio, ellos tendrían una excusa."
Juan 3:20 Porque todo aquel que practica lo malo [pecado] aborrece la luz [por lo tanto aborrece a Cristo, quien es la luz], y no viene a la luz, por temor de que sus obras sean expuestas y reprendidas.
La verdadera luz es dada a cada hombre que viene al mundo para que pueda creer. Juan 1:9. La luz brilla en las tinieblas pero los hombres no entienden que es Cristo razonando de manera anónima con ellos, tratando de mostrarles (reprenderles) por su impiedad. Juan 1:5, Efe 5:13. Amando su vida egoísta, y odiando la luz (que es Cristo) que intenta corregirlos (reprenderlos), los hombres impíos huyen de la luz (Cristo) y así permanecen en la condenación, caminando en oscuridad, continuando en pecado, satisfaciendo la lujuria y los deseos de su carne.
Aquel que continúa cometiendo impiedad [pecado] ama las tinieblas, y es condenado — no importa lo que ellos piensen que creen. Aquel no viene a la luz, para que (por temor de que) sus obras malas no sean reprobadas, (juzgadas).Él quiere continuar su estilo de vida egoísta, su vida de maldad, y así rechaza y odia la luz ( que es Cristo).Él ama las tinieblas, donde sus obras no están expuestas como malas, de modo que él rechaza la luz y odia la luz, que es Cristo.
Como los demonios, él puede pensar que Cristo es el Hijo de Dios; pero debido a que ama su estilo de vida, y odia la convicción que le da la Luz, se aleja de la luz, hacia la comodidad de las tinieblas, donde no hay desaprobación; y por lo tanto es condenado.
Cualquier cosa que él diga que cree con su boca — es traicionada por sus acciones. Si él creyera en la luz, él obedecería la luz. Si el creyera en Cristo, él obedecería a Cristo. Creer es obedecer. La obediencia lleva a la salvación. La obediencia lleva a la justicia.
Juan 3:21 Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [efectuadas, formadas, provocadas, vigorizadas] por medio de Dios.
Aquellos que han estado experimentando la eliminación del pecado de sus corazones realizada por el Espíritu, aman la luz y ansiosamente vienen a la luz para que el pecado sea destruido aún más. Aquellos que han sido liberados del pecado, vienen ansiosamente a la luz para ser dirigidos por Dios a realizar obras de amor, para obtener gozo y para la gloria de Dios: Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras.
Efe 2:10. El hombre viene a la luz al esperar a Dios en silencio, velando y escuchando con la esperanza de un cambio por medio de Jesús. Aquellos que vienen a la luz, aman a Cristo, como es puesto en evidencia por la obediencia a la verdad de lo que la Luz y la Palabra les revela; y ellos llegan a ver más luz, la cual los guía en todas sus palabras y acciones.
Guerrera del Altísimo
sábado, 19 de octubre de 2013
Te critican ?
“…MIS ENTRAÑAS… SE ALEGRARÁN CUANDO TUS LABIOS HABLEN CON RECTITUD” (Proverbios 23:16)
¿Estás siendo criticado? Si es así, intenta hacer las tres cosas siguientes:
(1) Entiende la diferencia entre crítica constructiva y destructiva
Aprende a interpretar la crítica mediante estas preguntas: (a) ¿Con qué espíritu se ha hecho? Si la actitud de tu crítico es positiva, puedes estar seguro de que es positivo; (b) ¿Cuándo se ha hecho? Cuando alguien te critica públicamente, por regla general no tiene las mejores intenciones; (c) ¿Por qué se ha criticado? Salomón dijo: “Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre, pero el inteligente sabe alcanzarlo” (Proverbios 20:5). Las personas heridas hieren a otros, así que pregúntate siempre: ¿Se ha hecho la crítica para mi provecho, o simplemente proviene de dolor personal?
(2) No te tomes a ti mismo demasiado en serio
Reconócelo, todos hacemos cosas estúpidas alguna vez. Bienaventurados son aquellos que pueden reírse de sí mismos y aprender de “sus meteduras de pata”.
(3) Mira más allá de la crítica y considera al crítico
¿Es alguien a quien respetas? ¿Es alguien que siempre está criticando? Si es así, no des demasiada importancia a lo que dice; probablemente sólo esté proyectando sus frustraciones en ti – como el chico de 12 años que no había hablado desde que nació. Después de que le dieran en el desayuno copos de avena durante varias semanas seguidas, grito: “¡Qué asqueroso! ¡Odio esta porquería!”. Su madre se puso en pie de un salto, lo abrazó y le dijo: “Pensábamos que no podías hablar. ¿Por qué nunca nos has hablado?”. Sin pelos en la lengua, él exclamó: “Porque hasta ahora, todo ha estado bien”. Algunas personas solamente hablan cuando algo les va mal. La pregunta importante es: ¿Quiere el que te critica ayudarte de verdad?
“ESCUCHA EL CONSEJO Y ACEPTA LA CORRECCIÓN: ASÍ SERÁS SABIO EN TU VEJEZ” (Proverbios 19:20)
Consideremos de nuevo cómo sobrellevar la crítica.
(1) ¡Cuida tu actitud!
Una actitud negativa puede ser más destructiva que el espíritu crítico de otra persona. Pedro escribió: “Para esto fuisteis llamados (nota: el llamado de Cristo a veces lleva consigo el ser incomprendido), porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca. Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2: 21-23). ¡Eh, déjaselo a Dios!
(2) ¡Date cuenta que la gente buena es criticada!
Jesús fue llamado ”.comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores” (Mateo 11:19b). Personas con la mente corrompida y de visión turbia no van a entender un comportamiento basado en la obediencia a Dios. Así que, cuando tus ideas y valores entren en conflicto con los suyos, trata de comprenderlos.
(3) ¡Mantente en forma, física y espiritualmente!
El agotamiento tiene un efecto profundo en la forma en que actuamos y reaccionamos. Elías se sumió suavemente en una depresión por estar agotado. Jezabel era implacable y su oposición socavó las fuerzas de Elías. Escucha lo que dijo: “Basta ya, Señor, quítame la vida…” (1 Reyes 19:4b). ¡Qué experiencia más desalentadora.! Ten cuidado, Satanás va a aprovecharse de tu cansancio. Cuando estás cansado, te pones supersensible con facilidad y te pierdes la oportunidad de crecimiento que conlleva la crítica.
martes, 15 de octubre de 2013
Orando por Ti
“.YO ORARÉ POR VOSOTROS AL SEÑOR” (1 Samuel 7:5b)
“¡Estoy orando por ti!”
Cuando alguien dice: “Estoy orando por ti”, ¿respondes con
un educado: “Gracias”, y enseguida lo olvidas? ¡No lo hagas!
¡No hay expresión más grande de amor que ésa!
Puede que estés leyendo esto, ignorando el hecho de que
quizás no estarías vivo para hacerlo si alguien no hubiera
orado por ti! Jesús dijo a Pedro: “…Satanás os ha pedido para
zarandearos… pero Yo he rogado por ti, para que tu fe no
falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Lucas
22:31,32).
¿Contestó Dios esa oración? ¡Sin duda! A pesar de su
vergonzosa negación de Cristo, Pedro terminó dirigiendo uno
de los avivamientos espirituales más grandes de la historia, y
dos libros de la Biblia llevan su nombre.
¡En la oración no hay distancias! A través de la oración
puedes trascender cualquier situación en cualquier momento,
reclamando la promesa: “…todo lo que pidáis orando, creed
que lo recibiréis, y os vendrá” (Marcos 11:24).
Cuando los filisteos estaban a punto de aniquilar a Israel,
Samuel dijo: “… yo oraré por vosotros al Señor” (1 Samuel
7:5b). Como resultado “… el Señor tronó. sobre los
filisteos.” (1 Samuel 7:10b).
Dios viene por invitación. Tus oraciones son su puerta de
entrada a la situación. Cada vez que pides en el Nombre de
Jesús, el Espíritu Santo tiene autorización para trabajar,
haciendo cosas por ti que no puedes lograr de ninguna otra
manera. Recuerda eso la próxima vez que alguien diga:
“Estoy orando por ti”.
domingo, 6 de octubre de 2013
Al gusto del cliente
"La primera función de un mercadeo exitoso es dar a los
consumidores lo que quieren. Si quieren hamburguesas
más grandes, hagan más grandes sus hamburguesas.
¿Bebidas con seis sabores de frutas? Hecho.
¿Minifurgonetas con diez portavasos? Póngales veinte. Hay
que mantener satisfecho al cliente. Hay que modificar el
producto y su mensaje para que se supla sus necesidades
si quiere establecer mercado y mantener a raya a la
competencia.
Hoy día, esta misma mentalidad consumista ha invadido al
cristianismo. ¿Dicen que el culto de la iglesia es
demasiado largo? Pues acortémoslo (cierto pastor
garantiza que sus sermones ¡nunca duran más de siete
minutos!) ¿Demasiado formal? Vístase con ropa deportiva.
¿Demasiado aburrido? ¡Espere a oír nuestra banda de
música!
Y si el mensaje es demasiado agresivo, acusador o
exclusivista, que asusta, que es increíble, difícil de
entender, o demasiado lo que sea para su gusto, hay
iglesias por todas partes que están ansiosas de ajustar ese
mensaje para que usted se sienta más cómodo. En esta
nueva versión del cristianismo usted es socio del equipo,
diseñador de la vida de la iglesia, y se deja por fuera toda
autoridad anticuada, los sentimientos de culpabilidad, la
responsabilidad y los absolutos morales.
Una iglesia envió hace poco una circular prometiendo
‘atmósfera informal y reposada con buena música de
nuestra banda’, y los que asistan, ‘aunque usted no lo
crea, se divertirán’. Esto sería excelente si se tratase de un
café o algo por el estilo, pero quienquiera que pretenda
llamar a las personas al evangelio de Jesús con tales
cosas como prioridades, las llama a una mentira.
Es cristianismo para consumidores: cristianismo ligero,
redirección, cristianismo diluido e interpretación errónea
del evangelio bíblico, en un intento por hacerlo más
digerible y popular […] Pero esa ligereza jamás le llenará
con el evangelio verdadero y salvador de Jesucristo,
porque está diseñado por el hombre y no por Dios, y es
vacío y no sirve para nada. A decir verdad, es peor que
inútil, porque los que oyen el mensaje del cristianismo
ligero piensan que están oyendo el evangelio y creen que
están siendo rescatados del castigo eterno, cuando en
verdad están siendo trágicamente descarriados.
El verdadero evangelio es un llamado a negarse a uno
mismo. No es un llamado a la autorrealización. Eso lo pone
contra la proclamación contemporánea del evangelio, en la
que los ministros ven a Jesús como un genio utilitario. Uno
frota la lámpara, Cristo sale y le dice que puede tener lo
que se le antoje; uno le da la lista y él lo cumple.
[…]
Algunos que forman parte del evangelicalismo le dirán que
Jesús solo quiere que a usted le vaya bien, y que si no le
va bien es porque usted no ha presentado su boleto de
lotería espiritual. Si no es rico, es porque no lo ha
reclamado. Jesús quiere que usted esté libre de deudas, y
si manda a los televangelistas suficiente dinero, ese acto
de fe lo libertará del demonio de la deuda. Su salvación por
medio de Cristo es garantía de salud, riqueza, prosperidad
y felicidad.
Los evangélicos que se adhieren a la psicología
antropocéntrica (centrada en el ser humano) le dicen que
Jesús le da paz, que Jesús le da alegría, que Jesús le hace
mejor vendedor y también que Jesús le ayuda a lograr más
jonrones. Jesús realmente quiere que usted se sienta muy
bien con respecto a usted mismo. Quiere elevar su propia
imagen. Quiere poner fin a su pensamiento negativo.
[…] Discúlpenme si no me uno. No puedo pensar en ningún
plan con el que menos quisiera asociarme.
En esta nueva reforma de la autoestima, lo primero que se
exige es bajar a Dios de su lugar supremamente elevado
para así uno poder elevarse y reemplazar la teología que
exalta a Dios con una psicología de la autoestima que
exalta al hombre. Para que esto resulte hay que alterar e
interpretar erróneamente la Biblia y el evangelio, con el fin
grandioso de hacer que las personas se sientan bien en
cuanto a sí mismas, para que así puedan cumplir sus
sueños y poner en práctica sus visiones.
[…]
El cristianismo, en las manos de algunos dirigentes de
iglesias que se acomodan al que busca, se ha convertido
en un movimiento de ‘logre lo que quiera’ en lugar de ser
un movimiento de ‘abandónelo todo’. Estos dirigentes han
prostituido la intención divina del evangelio. Han
reemplazado la gloria de Dios por la satisfacción del
hombre. Han canjeado el concepto de entregar por entero
nuestras vidas para el honor de Cristo por el de ser
honrados por Cristo. Como tal, nuestra sumisión a la
voluntad de Dios es reemplazada por la sumisión de Dios a
nuestra voluntad.
[…]
‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar
su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa
de mí, la hallará’ (Mateo 16.24-25). No se trata de
exaltarme a mí mismo, se trata de matarme a mí mismo. Es
la muerte del yo. Uno gana al perder; uno vive al morir. Ese
es el mensaje central del evangelio. Esa es la esencia del
discipulado.
El pasaje no menciona nada de mejorar la autoestima, de
ser rico y triunfante, de sentirse bien respecto a uno mismo
o de tener satisfechas todas las necesidades, que es lo que
muchas iglesias predican estos días a fin de dorar la
píldora de la verdad.
Así que, ¿quién tiene la razón? ¿Es el mensaje del
cristianismo de realización propia o es la negación de uno
mismo? No puede ser ambas cosas. Si es cuestión de
opinión, yo hago lo mío y usted hace lo suyo, y ambos nos
deslizamos raudos y contentos en direcciones diferentes.
Pero el cristianismo, el evangelio genuino de Jesucristo, no
es cuestión de opinión. Es cuestión de verdad. Lo que usted
quiere, lo que yo quiero o lo que cualquiera quiere no
importa. Es lo que es… por la voluntad soberana de Dios."
sábado, 5 de octubre de 2013
Otro Hijo tendrás
“DIOS ME HA DADO OTRO HIJO…” (Génesis 4:25b)
Cristiano todavía no has vivido tus mejores días
Dios prometió que los hijos de Eva bendecirían al mundo. Pero uno de ellos murió, el otro ha huido, y todo se ha desmoronado. ¿Te has sentido así alguna vez?
¡El hecho de que fracase tu plan no significa que fracase también el de Dios!
Escucha: “Conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set, pues dijo: Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín” (Génesis 4:25). ¡El Señor puede hacer que vuelvas a tener éxito!
Fíjate en la palabra ‘otro’. Cuando Dios te da otra posibilidad, otra relación u otra carrera, no va a ser la continuación de las malas experiencias que tuviste
antes. No; será ‘otra’, totalmente distinta a las que tuviste antes. ¡Tu futuro empieza con Set!
Date cuenta que el capítulo 5 de Génesis empieza: “Este es el libro de los descendientes de Adán… Vivió Adán ciento treinta años, y engendró… Set. Fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas (Génesis 5:1,3,4). ¿Pero qué pasó con Caín y Abel? No se les menciona. ¡No llegaron a formar parte del libro! Génesis 5 no es simplemente otro capítulo del pasado. ¡Marca el principio de algo nuevo!
Y aun hay más. Adán vivió otros ochocientos años “…y engendró [más] hijos e hijas” (Génesis 5:4b). ¡Tremendo! ¡El nacimiento de Set desbloqueó las bendiciones de Dios! ¿Te das cuenta? Tus mejores días aún no han llegado, porque tu futuro no está ligado a lo que has perdido. No, está justo delante de ti, ¡así que levántate y agárralo!
jueves, 3 de octubre de 2013
Las lenguas
El problema de las lenguas — La insistencia en algunos
círculos de que el don del lenguas es la
evidencia de que el cristiano ha sido elevado a un plano
superior de santidad y poder. Existe una tremenda
presión grupal en algunas iglesias para que el cristiano
sea inducido a
hablar en lenguas. Como resultado, muchos creyentes
procuran fingir el don a los efectos de integrarse al
resto de la iglesia y evitar ser vistos como diferentes o
menos espirituales.
Mucho de lo que pasa por lenguas hoy en día es una
repetición fingida o un balbuceo
incoherente, producto de trance inducido resultante en la
actividad del sistema nervioso
autónomo.
Muchos cristianos inmaduros que tienen el verdadero
don de lenguas desarrollan un orgullo que
los hace creer superiores a otros hermanos.
En el tema de las lenguas, la realidad objetiva muestra
que en estos tiempos traen más
problemas y conflictos que verdaderas bendiciones.
Advertencia: Algunas sectas que posan como cristianas,
enseñan que uno no es salvo si no habla
en lenguas. Para ellos, las lenguas son la prueba de que
la persona es salva.
Manifestaciones extrañas – Si bien ya casi inexistentes,
puede que en la iglesia se den
manifestaciones tales como personas emitiendo
sonidos guturales o sonidos semejantes a los
que producen los animales, personas actuando como
ebrias (“borrachera del Espíritu”), vómitos,
trances, etc. Lamentablemente, todas estas cosas se le
atribuyen a la obra del Espíritu Santo.
El problema de las profecías — (consideradas como la
revelación de cosas presentes, pasadas y
futuras, y pecado en las vidas con la finalidad de traer a
la persona al arrepentimiento – si bien
profetizar es un don legítimo se presta para abusos):
Muchos pastores abusan embarcando a la iglesia en
proyectos costosos o nuevos proyectos bajo
la consigna de “el Señor me dijo”, o “el Señor me dio
una visión”. Muchos cristianos usan las profecías (“el
Señor me dijo”) para lograr ascendencia sobre
cristianos susceptibles anunciando hechos futuros que
luego no ocurren, e induciéndolos a tomar decisiones
equivocadas en sus vidas, o acusándolos de estar
pecando en ciertas áreas.
El abuso de la profecías fomenta en la iglesia un
concepto místico y supersticioso de la vida
cristiana.
Misticismo — Esta es otra manifestación o resultado de
cuando se sobreenfatiza el Espíritu Santo
sobre la Escritura. Las emociones toman control y no
existe un interés en el estudio riguroso de
las Escrituras. Respuesta a esta práctica errónea: Isaías
8:20; Juan 16: 7-15.Pastor Daniel Brito
Tu lugar en la mesa
Hallar tu puesto en la mesa
Leemos que, después de que Jesús levantó a Lázaro de los
muertos, él y sus hermanas invitaron a Jesús a cenar. Marta
servía, María ungía los pies de Jesús y Lázaro hablaba con
los huéspedes. Observa: hay sitio en la mesa de Dios para
toda clase de gente. Miremos con más atención:
Marta. Las Martas están generalmente en segundo plano,
arremangadas,asegurándose de que todos tienen comida y
bebida. Puesto que rara vez buscan estar en el foco de la
atención, a menudo no las apreciamos - ¡hasta que no están!
El lado ‘menos positivo’ de las Martas es que están
inclinadas a considerar que su misión sea más importante
que el Maestro. Necesitan recordar que la adoración también
es servicio.
María. Las Marías pueden olvidar que hay que pagar las
facturas y cocinar. A veces están pensando tanto en lo
espiritual que no atienden lo terrenal. Tienen que darse
cuenta de que el servir es también adoración. Pero
necesitamos Marías. Aportan pasión a nuestra adoración, y
siempre se puede contar con ellas para interceder ante Dios a
favor de otros.
Lázaro. Escucha: “Gran multitud… fueron… para ver a Lázaro,
a quien había resucitado de los muertos… a causa de él
muchos… creían en Jesús” (Juan 12: 9,11).
Lázaro tenía un testimonio tan asombroso que los que lo
oyeron se convirtieron al instante. Él nos recuerda que cada
uno tenemos una historia para compartir sobre la gracia y la
misericordia de Dios. ¿Cuándo expusiste la tuya la última
vez?
Hoy, por lo tanto, si eres una “Marta”, Dios ve tu labor de
amor. Si eres una “María”, Él se deleita en tu adoración. Y si
eres un “Lázaro”, Él promete honrar tu testimonio. ¡Hay sitio a
la mesa para todos nosotros!
No toquen al Ungido
“No toques al ungido de Dios”
Ésta es una frase que se oye a menudo para
señalar el respeto que debemos mostrar a nuestros
pastores y la obediencia incondicional que debemos
brindarles. Si es cierto que el pastor ha sido ungido por
Dios para el ministerio, este texto bíblico significa que los
pastores son literalmente intocables. Oponernos a ellos, o
criticarlos, viene a ser entonces un pecado muy grave, y
someternos a ellos la única actitud legítima. Y lo que vale
para pastores, vale también para otros líderes,
especialmente profetas. Si son ungidos de Dios, ¿quién se
atrevería a tocarlos?
¿Pero será eso lo que significa esta frase
bíblicamente? Para interpretarla bien, tenemos que
“escudriñar las Escrituras” con lupa para entender
correctamente su sentido y no malinterpretarla.
Todos sabemos que “un texto sin su contexto es
un pretexto”, es un texto que se está manipulando con otros
fines que una genuina fidelidad a la Palabra de Dios. Tal es
el caso con esta frase, que viene de una historia muy
interesante. El joven David era un fugitivo del rey Saúl,
quien lo buscaba para matarlo. En cierto momento, Saúl se
durmió en una cueva sin saber que más adentro estaba
David con sus hombres (I Sam 24:3). ¡Toda una
oportunidad dorada que Dios le está dando a David! Sus
hombres, muy espiritualmente, le dijeron a David que ése
era el día que Dios le había prometido cuando dijo, “He aquí
que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como
te pareciere”.
Pero sorprendentemente, David no mató al dormido
Rey sino sólo “calladamente cortó la orilla del manto” de
Saul para mostrar que le había salvado la vida a su propio
enemigo. Entonces David dijo a sus hombres, “Jehová me
guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de
Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque él es el
ungido de Jehová” (I Sam 24:6,10). Más adelante, cuando
le llega otra oportunidad de matar a Saúl, David dice,
“¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová y
será inocente?” (26:9,11,16,23; II Samuel 1:14; los reyes de
Israel no fueron coronados sino ungidos, por lo que se
conocían como ungidos).
Entonces, ¿qué significa esta frase para nosotros
hoy? ¡Muy sencillo! Los cristianos no debemos “echar
mano” físicamente a nuestros pastores, mucho menos
matarlos. Sacarle más que eso de la frase, es manipular el
texto y abusar de la Palabra de Dios.
La misma frase aparece en Salmo 105:15: “No
toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagaís mal a mis profetas”.
Aquí se refiere a los profetas y se prohibe hacerles
violencia física. Los verdaderos profetas no eran nada
populares con los poderosos, porque su mensaje era duro,
y muchos murieron violentamente (cf. I Reyes 19:10,14).
Por eso Jesús denunció a los líderes judíos como “hijos de
aquellos que mataron a los profetas” (Mat 23:31), y
exclamó, “Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y
apedreas a los que te son enviados” (23:37). A los
perseguidos por causa del evangelio, Jesús les acordó que
“así persiguieron a los profetas que fueron antes de
vosotros” (Mat. 5:11-12).
Entonces, pues, ¿qué significa esta frase en Salmo
105:15? ¡Muy sencillo! Que no debemos hacer violencia
física contra los profetas de Dios, mucho menos matarlos.
Todo esto no tiene que ver con nada más que la
violencia física y para nada prohibe la crítica responsable o
el dudar sanamente de pastores, profetas y otros líderes.
No significa en absoluto que ellos sean intocables, a
quienes hemos de rendir una obediencia ciega. No son
Dios, ni dictadores, sino siervos del Señor, del evangelio y
del rebaño. La citada frase sólo se refiere a la violencia
física, no a alguna especie de autoridad al estilo del papa
en Roma. Tal clericalismo autoritario es totalmente anti-
bíblico y anti-pastoral. Criticar sanamente a los líderes no
es un pecado sino un deber en Cristo de todo cristiano y
cristiana.
De hecho, según el Nuevo Testamento, todo creyente
es un “ungido de Dios”, porque todos tenemos la unción del
Espíritu Santo (I Juan 2:20,27; I Corintios 1:21-22).
Precisamente eso es el sentido del día del Pentecostés. Por
eso, Pablo exige que cuando alguien profetiza en la
congregación, “que los demás juzguen” (I Cor 14:29).
También, a los tesalonicenses, con referencia específica al
don profético, les exhorta no apagar al Espíritu ni
menospreciar las profecías, pero eso sí, “Examinadlo todo
(¡incluso a los pastores y profetas!) y retened lo bueno” (y
criticar, en amor, lo malo; 1a Tesalonicenses 5:19-21).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)