lunes, 7 de julio de 2014

La autoridad en el Nombre de Jesús

¿En qué radica la Autoridad y el poder del Nombre de Jesús?

Para dar una respuesta acertada debemos hacer una semántica de los términos que se utilizan para referirse al nombre.

El término griego “Onoma” tiene dos significados y dos aplicaciones:

1º) Se utiliza en general del nombre con el que se nombra o se le hace el llamado a una persona, o para identificar a objetos y cosa.

Ejemplos: Marcos 3:16.17; 14:32. Lucas 1:5.

2º) En su otro significado, el nombre representa el título y la dignidad de una persona.

En el caso de Jesús, la autoridad del nombre no está en expresar las siglas “Jesús”, llames como lo llames, y expreses como lo expreses, sino se te ha sido iluminado la posesión y posición que Jesús obtuvo por su muerte y resurrección, el cómo expreses el término Jesús, no te sirve de nada; sea que digas: Yeshua- chices- Chucho- Isoús- Joshua- Gesú- Lezuz- Lisus- Yesú- Jesus- Reitero como lo digas en sus diferentes idiomas de nada te sirve.

Debemos estar persuadidos de esta verdad, que El poder del nombre está en la posición y posesión que este hombre llamado Jesús obtuvo por su obediencia y su estado de humillación.

Aplicado a nosotros como creyentes, el poder del nombre está en que se nos pueda revelar y podamos entender y aceptar: la autoridad, el carácter, el rango, la majestad, el poder, la excelencia la posición y posesión que Jesús adquirió por causa de su exaltación por haberse humillado (Filipenses 2:9), y que fueron transferidas al creyente por el pacto de sangre.

Si como creyente no conozco los incidentes que se dieron en la cruz por el misterio del cambio, tales como: Redención, remisión, y propiciación; y que tales incidentes trajeron como resultado la regeneración, que de ella emanó la justicia y la vida de Dios a mi llevándome a ser su hijo, y por causa de dicha relación pase a ser coheredero, y por la heredad se me fueron transferido por pacto de sangre toda la autoridad, el carácter, el rango, la majestad, el poder, la excelencia la posición y posesión, de más está el pronunciar el nombre de Jesús dígalo como lo digas, en el idioma que quieras.

En el libro de los Hechos, tenemos un ejemplo acerca de la autoridad del nombre de Jesús. Es el caso de unos exorcistas que trataron de tomar la autoridad del nombre de Jesús sin ser constituidos, ni regenerados, no eran hijos de Dios, no eran herederos de los beneficios del nuevo pacto. Los exorcistas conjuraron a los demonios en el nombre del Jesús que profesa Pablo, los demonios dijeron “a Jesús conocemos y sabemos quién es Pablo, pero quiénes son ustedes”. (Hechos 19:13.16).

Si analizamos bien el texto, los demonios lo que quisieron decir fue: “Conocemos la posición y posesión que Jesús y Pablo tienen y a quien representan, pero ¿quiénes son ustedes?”, en otras palabras “¿quién los llamó y constituyó para ejercer autoridad en el nombre de Jesús.

Por causa de ellos no haber sido regenerados, constituidos, ni herederos de los beneficios del nuevo pacto; no podían ni debían ejercer autoridad; ignoraron los derechos y los deberes de la autoridad en relación al nombre. Esto les trajo graves resultados: salieron desnudos, lo que equivale a un despojo, heridos, totalmente derrotados. Mi consejo como maestro es: No trates de ejercer autoridad en el nombre de Jesús sino se te ha iluminado las verdades y propiedades del nombre.

Cuando Jesús dijo: “Todo lo que pidieres en mi nombre”, lo que quiso decir fue: “Todo lo que pidieres en mi autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, posición y posesión, yo te lo daré, porque me llevas a mí como representante legal” (Juan 14:13; 15:16; 16:23).

Y al mencionar: “En mi nombre echarán fuera demonios…”, lo que quiso decir fue: bajo mi autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, posición y posesión; que les ha sido transferido, por causa del pacto de sangre, echarán fuera demonios.

El pasaje citado en Filipenses 2:9.11 en una forma parafraseada lo que quiere decir es lo siguiente: “Y le dio un nombre (autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, posición y posesión que todo esto indica un señorío), que es sobre todo nombre (autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, señorío), para que en el nombre que se le dio a Jesús, (es decir, para que en la autoridad, rango, majestad, poder, excelencia, señorío), se doble toda rodilla… Y toda lengua confiese que Jesucristo es el SEÑOR - del griego (“Kirios”) - para la gloria de Dios Padre”.

Nota: Haciendo una síntesis del desarrollo, el nombre al cual se refiere Filipenses es al Señorío que Jesús recibió, que indica su posición y posesión.

Cabe resaltar, que la médula o la realidad central de toda esta verdades que acabo de presentar en relación a la nombre, está en que como heredero de los beneficios del Reino de Dios, camine en los principios de dicho Reino. De nada me sirve el que adquiera todo el conocimiento en relación a los incidentes que se dieron en la cruz por el misterio del cambio que son: Redención-remisión- propiciación; el que sea heredero de los beneficios de la regeneración, sino camino en una vida de sumisión, sujeción, obediencia; que es relativo a una vida de santidad total. La vida de lealtad ante Dios es un principio inalterable para operar en las dimensiones del Reino apropiándome del nombre de Jesús. Reitero: Diga como lo diga, y exprese como exprese el nombre, aun en diferentes idiomas, si la lealtad y el honor hacia Dios no están por delante de nada nos sirve el pronunciar el nombre.

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