jueves, 10 de julio de 2014

Aviva el fuego

En el Nuevo Testamento el hijo espiritual del apóstol Pablo, Timoteo, estaba desanimado. Timoteo era un hombre joven que estaba al frente de una gran congregación que estaba atravesando tiempos muy difíciles. La esperanza frustrada de Timoteo había apagado sus dones. Pablo le dijo a Timoteo que “avivara el fuego” del don de Dios que estaba en él (2 Timoteo 1:6).

La palabra griega que se traduce como “avivar el fuego” está llena de significado. Anazoporeo, la palabra que usó Pablo, de hecho está compuesta por tres palabras griegas: Ana significa “otra vez”; zo se deriva de la palabra zao, de donde obtenemos el concepto de estar “vivo”; y pureo se deriva de pur, que significa “fuego o rayo”. El mensaje que encierra esta palabra no es fácil de traducir. Significa “avivar el fuego otra vez” o “calentar otra vez la vida que hay en uno”.

“¡Necesito que tus dones vuelvan a vivir otra vez!”, le dijo Pablo a Timoteo. “Necesito que la pasión vuelva a vivir en ti, la cual inflamará la llama de tus dones”. Cuando el fuego se apaga, sus dones se van con él. Pablo le recordó a Timoteo que había sido llamado “con llamamiento santo…según el propósito suyo [de Dios] y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús” (2 Timoteo 1:9). Propósito (prothesis) significa “establecer el propósito de alguien (thesis) con antelación (pro)”.

Dios tiene un destino para nosotros y está empeñado en cumplirlo. ¡Él es el principio, el fin y, cuando es necesario, la renovación entre ambos! Pero hay más en la palabra prothesis.
La palabra prótesis se deriva de este término griego. Una prótesis es una parte artificial del cuerpo, como por ejemplo un brazo o una pierna, que se construye para restablecer el propósito de aquello que se ha perdido. Pablo estaba animando a su hijo espiritual Timoteo, diciéndole: “Oye, amigo, no olvides que Dios te dio un destino. Y en el mismo lugar donde parece que la vida ha tronchado ese destino, Él puede restaurarlo. ¡Ahora, aviva tu fuego otra vez!”.

El gran versículo que aparece en Romanos 8:28 usa la palabra prothesis. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Este versículo está diciendo que, sin importar qué parte de nuestro propósito haya sido cortada, Dios ya ha preparado la prótesis que la restablecerá.

Qué gran promesa para aquellos que sufren de esperanza frustrada.
Horeb, más que ningún otro lugar en la tierra, ilustra este hecho. Allí surgen nuevos comienzos de las cenizas de la desolación y del dolor de la esperanza frustrada.

En este lugar estéril descubrimos que Dios es más grande que nuestros enemigos, que nuestros errores, pecados, fracasos y temores. Hay esperanza, incluso en Horeb.

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