martes, 3 de junio de 2014

Expiación Limitada

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Romanos 8:32-34

I.- Exposición De La Doctrina

La expiación limitada es la doctrina, también llamada redención particular, es la doctrina que habla acerca de las personas que reciben los efectos redentivos de la muerte de Cristo. En esta sección debemos responder la pregunta ¿Ofreció Cristo su vida como sacrificio por toda la humanidad, por cada individuo sin distinción o excepción; o la ofreció por los elegidos únicamente?

La iglesia reformada afirma que Jesús murió sólo por sus elegidos. Esta doctrina se desprende lógicamente de la doctrina de la elección incondicional, si Dios eligió a un grupo para que fuera salvo entonces el sacrificio que Cristo hizo debía ser sólo por ellos. La doctrina afirma que Cristo, en su muerte, intentaba realizar aquello que realizó: limpiar los pecados de los elegidos de Dios y asegurar que todos ellos alcancen la fe a través de la regeneración y por la fe sean perseverados para gloria. Cristo no pretendió morir por todos. La prueba de eso, como la Escritura nos enseña, es que no todos son salvos.

Cuando se usa la frase “Expiación limitada” no se quiere decir que el valor de la expiación sea limitado. El pecado de Adán ofende a un ser de una dignidad infinita, el sacrificio para limpiar ese pecado debía tener un valor infinito el cual se cumple con la muerte del Dios hecho carne: Jesús. Cuando se habla de “Expiación limitada” se quiere decir que los efectos de la muerte de Cristo son para un grupo limitado de personas.

II.- Algunas Palabras Que Se Usan Para Designar A Los Elegidos

John Owen, un teólogo puritano, escribió en su libro “¿Por quién murió Cristo?” que los elegidos por Dios son mencionados en la Biblia con las palabras Pueblo, Ovejas e Iglesia[1].

Su Pueblo: Mateo 1:21 dice: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” e Isaías 53:8 “Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.” Ambos textos limitan la salvación que compra la muerte de Jesús en la cruz a un grupo llamado su pueblo.

Sus Ovejas: El apóstol Juan usa en mucho el término ovejas para referirse a los elegidos. Juan 10.11 y 14 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas… Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.” Esta vez limita la muerte de Cristo por sus ovejas, aquellas personas que eran conocidas por Dios y que conocían a Dios. Recordemos que la palabra conocer tiene un sentido de intimidad. Este versículo recuerda 1 Juan 4:19 que nos dice: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”

Su Iglesia: Hechos 20:28 dice: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” y Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” En el primer versículo Pablo está hablando a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso pidiendo que la cuiden debido a que Cristo pagó por ella, en el segundo Pablo está enseñando el cuidado y el cariño que debe tener el esposo por su mujer y lo ilustra usando el ejemplo de Cristo.

III.- Objeciones A La Doctrina

Podemos reconocer dos tipos de crítica a esta doctrina. Unos dicen que Cristo murió por todos y que todos, sin excepción, serán salvos; esto se llama Universalismo. La Biblia es clara en demostrar que no todos los hombres son salvos, el pasaje de Romanos 9.13 habla claramente de la elección de Jacob para salvación y de Esaú para condenación.

Otro grupo dice que Jesús murió por todos los hombres pero que su muerte no tiene efectos salvadores si no se una con la fe y el arrepentimiento. En otras palabras, Él murió por todos pero los que se habían de salvar no estaban considerados específicamente, murió con tal de hacer la salvación.

El problema con esta concepción es que haría la muerte de Cristo totalmente ineficiente y pondría la salvación del hombre en lo que él puede hacer por sí mismo. Si este pensamiento tuviera razón entonces parte de la sangre de Cristo se hubiera derramado en vano, nos dice que el sufrimiento de Cristo no fue suficiente. Si es así entonces su muerte no sería una expiación ni un rescate en ningún sentido.

Tanto la doctrina reformada como la arminiana limitan la expiación: los reformados limitamos la extensión de ella pero los arminianos limitan el poder de ella. Los calvinistas la ven como un puente estrecho que cruza de un lado del río hasta la otra rivera, los arminianos la ven como un puente muy ancho que llega sólo hasta la mitad del río[2]. Sólo la doctrina reformada de la Expiación Limitada hace justicia a Cristo y a su sufrimiento. Es la única que pone a Cristo como Salvador.

IV.- ¿Qué Pasa Con Los Pasajes Que Hablan De El Mundo O Todos?

Porciones como Juan 3.16 y 2 Corintios 5.14-15 parecieran objetar que la muerte de Jesús tenía la intención de limpiar sólo los pecados de sus elegidos. Lo que hacen estos pasajes es decir que Jesús murió por todos los hombres sin distinción y no por todos los hombres sin excepción. Esos versículos enseñan que Cristo murió por todo tipo de hombres (1 Tim. 2.1-6), por todos los que están en Él (1 Cor. 15.22) o por el “mundo de su pueblo”: si se comparan Juan 3.16 y 17.9 vemos como Juan restringe el término mundo a aquellos que son elegidos por Dios.

V. Conclusión

Queda claro en los argumentos expuestos que el objetivo de la muerte de Cristo era limpiar los pecados de aquellos que Dios había elegido para salvación, cualquier otra forma de pensamiento hace al sacrificio de Jesús inservible y da la gloria al hombre por su salvación.

Si creemos que nuestra naturaleza está totalmente inhabilitada de querer amar a Dios o de agradarle en la mínima manera no podemos pretender que el sacrificio de Jesús necesite de alguna ayuda nuestra. Simplemente no podemos hacerlo.

La doctrina de la Expiación Limitada da la gloria de nuestra salvación a Dios, muestra su soberanía y también el amor que tiene por su pueblo.Marcelm Sánchez

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