jueves, 3 de octubre de 2013
Tu lugar en la mesa
Hallar tu puesto en la mesa
Leemos que, después de que Jesús levantó a Lázaro de los
muertos, él y sus hermanas invitaron a Jesús a cenar. Marta
servía, María ungía los pies de Jesús y Lázaro hablaba con
los huéspedes. Observa: hay sitio en la mesa de Dios para
toda clase de gente. Miremos con más atención:
Marta. Las Martas están generalmente en segundo plano,
arremangadas,asegurándose de que todos tienen comida y
bebida. Puesto que rara vez buscan estar en el foco de la
atención, a menudo no las apreciamos - ¡hasta que no están!
El lado ‘menos positivo’ de las Martas es que están
inclinadas a considerar que su misión sea más importante
que el Maestro. Necesitan recordar que la adoración también
es servicio.
María. Las Marías pueden olvidar que hay que pagar las
facturas y cocinar. A veces están pensando tanto en lo
espiritual que no atienden lo terrenal. Tienen que darse
cuenta de que el servir es también adoración. Pero
necesitamos Marías. Aportan pasión a nuestra adoración, y
siempre se puede contar con ellas para interceder ante Dios a
favor de otros.
Lázaro. Escucha: “Gran multitud… fueron… para ver a Lázaro,
a quien había resucitado de los muertos… a causa de él
muchos… creían en Jesús” (Juan 12: 9,11).
Lázaro tenía un testimonio tan asombroso que los que lo
oyeron se convirtieron al instante. Él nos recuerda que cada
uno tenemos una historia para compartir sobre la gracia y la
misericordia de Dios. ¿Cuándo expusiste la tuya la última
vez?
Hoy, por lo tanto, si eres una “Marta”, Dios ve tu labor de
amor. Si eres una “María”, Él se deleita en tu adoración. Y si
eres un “Lázaro”, Él promete honrar tu testimonio. ¡Hay sitio a
la mesa para todos nosotros!
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