miércoles, 23 de octubre de 2013

Renovarse

Si Dios razonara como lo hacen los hombres quizá pondría a unos en la basura, enterrándolos para siempre y, seguramente, tomaría a otros mejores en lugar de aquellos. Pero el Hacedor que es poderoso para crear nuevos mundos piensa diferente. Él toma siempre la iniciativa de búsqueda, nos mira al borde de la desesperación, del abismo; nos mira caídos, sabe que estamos perdidos, y toma el camino hacia la humanidad. Es como si Él no pudiera vivir sin nosotros, cuando somos nosotros quienes sin el Creador ni pudiéramos existir. La Escritura, en su riqueza dice: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2Co 5:17 . Este hermoso pasaje nos muestra que cualquier individuo que esté dentro del cuerpo de Cristo es nueva criatura, en griego se escribe Kainos Ktisis, donde Kainos significa: nuevo no en cuanto a tiempo sino nuevo en forma o calidad y de Ktisis, que significa creación o institución. La Biblia al Día lo dice del siguiente modo: Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Así es, lo pasado en lo pasado, el futuro ansioso nos espera con expectativas mejores. Por otro lado la palabra que usa Pablo para cosas viejas es una sola en griego: arcaios que significa: lo antiguo, de una era anterior. De ella se derivan arcaico y arqueología . Lo de atrás se queda atrás, todo se realiza nuevamente, ¡ aprovechemos entonces a comenzar de nuevo! Lo maravilloso con Dios es que nos da la oportunidad de ser hechos nuevos, de ser rejuvenecidos: El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila . Salmo 103:3-5 Cuando todo va mal, cuando uno quiere buscarle, cuando necesitamos horizontes, dejemos todo atrás, a nuestras espaldas y pongamos nuestra mirada en Dios, en aquel que hace nuestras fuerzas como las del búfalo. Por lo tanto, buscaremos su rostro, su poder para que renovados sigamos adelante en la carrera, y como dijo el apóstol Pablo, el apóstol de los gentiles: Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Fil. 3:13-14.

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