lunes, 21 de octubre de 2013

Juan 3:16

JUAN 3:16. Este es el versículo más citado de la Biblia, PERO es citado fuera de contexto sin los versículos acompañantes que califican su significado y muestran que es totalmente opuesto a como la gente lo interpreta cuando lo leen aisladamente. Muchos dicen que este versículo es "la Biblia entera en un versículo." 

Infortunadamente están equivocados; ellos ignoran las exclusiones, los requisitos, y las condiciones de la salvación, todas las cuales pueden ser cumplidas con una creencia activa y motivada. Miremos más a fondo todos los versículos (Juan 3:15-21) en contexto con este famoso versículo, lo cual cambia completamente la errónea interpretación tradicional. Juan 3:15 para que todo aquel que cree [depende, confía, obedece] en él pueda tener vida eterna [de Dios]. Aún los demonios creen que Jesús es el Hijo del Altísimo, y tiemblan. No es suficiente con creer que Jesús es el Hijo de Dios, usted debe exponerse a sí mismo para oír sus mandatos hablados y persistentemente creer en Él, lo cual es puesto en evidencia por nuestra obediencia. 

Usted puede tener vida eterna si paciente y persistentemente espera a Dios en humilde silencio, cree en los mandatos que Jesús le habla a usted y que usted oye, y después obedece lo que Él le manda, para que eventualmente usted entre en unión con Él. De la Palabra del Señor en el interior: "¿Cuál es la evidencia de tu creencia? - la fe operacional." Debemos creer lo suficiente como para tratar de oír, escuchar, y obedecer la voz de Dios - y la evidencia de nuestra fe es producir el fruto del espíritu, y así mostrarnos como verdaderos seguidores de Cristo; y el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, benignidad [o mansedumbre o humildad], y dominio propio. 

Las ramas que no producen fruto son echadas en el fuego para ser quemadas. Juan 15:6, Mat 7:19. Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo [cada hombre], que ha dado a su Hijo unigénito [a cada hombre], para que todo aquel que en él cree [depende, confía, obedece] no se pierda, mas tenga vida eterna. No es suficiente creer que Jesús es el Hijo de Dios; aún los demonios creen que Jesús es el Hijo del Altísimo, y tiemblan. Usted debe creer lo que Jesús, la luz y la palabra dentro de su corazón, le muestra y le dice; creer lo que Él dice y lo que Él le muestra es creer en Jesús. Cristo es la luz dada a cada hombre para que pueda creer. Juan 1:1-4,7,9. 

Creer es creer lo que usted le oye a Él hablarle; creer lo suficiente como para hacer caso y obedecer a Jesús, quien es la Palabra de Dios y la luz de la Palabra en el corazón de cada hombre que lo reprende anónimamente (y a cada hombre) de pecado. Como los versículos acompañantes a continuación (19,20,21) dicen: "Y ésta es la condenación, que la luz ha venido al mundo (cada hombre), pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que practica lo malo [pecado] aborrece la luz [por lo tanto aborrece a Cristo, quien es la luz], y no viene a la luz, por temor de que sus obras sean expuestas y reprendidas. Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [efectuadas, formadas, provocadas, vigorizadas] por medio de Dios." 

Tener vida eterna es haber perdido su vida carnal, habiendo persistentemente creído y obedecido los mandatos que Jesús le ha hablado a usted, para que usted entre en unión con Él, para entonces obedecer las obras que él ordena para la gloria de él y para el gozo de usted. Juan 3:17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo [a cada hombre] para condenar al mundo [a cada hombre], sino para que el mundo [a cada hombre] sea salvo por él. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las vidas de los hombres, sino para salvarlas. Lucas 9:56. Ser salvo es ser liberado de todo pecado; aún el deseo de pecar es quitado. Juan 3:18 El que cree en él no es condenado; pero el que no cree [depende, confía, obedece] ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 

A los que creen en su nombre, les dio poder de ser hechos hijos de Dios, Juan 1:12; la creencia en su nombre provee acceso al poder, pero uno debe ejercitar ese poder al repetidamente esperar, escuchar, oír, creer, y obedecer a Cristo, la palabra y la luz dentro de su corazón. Sin una creencia en su nombre, no hay manera de escapar la condenación; pero sólo creer que Jesús es el hijo de Dios no tiene como resultado en evitar la condenación. Si usted todavía está pecando, todavía está viviendo en la condenación que vino a todos los hombres, cuando Adán cayó y perdió la vida de Dios. Fuera de la condenación es ser liberado de todo pecado, en comunión con el Hijo y el Padre, y comer del árbol de la vida, con Jesús como su verdadero Señor, proporcionando todas las palabras que usted habla y dirigiendo todas sus acciones. 

La cristiandad hoy es enemiga de la cruz, enseñando falsamente que la cruz no es necesaria, y por lo tanto sus creyentes continúan pecando y así permanecen siendo esclavos del pecado, Juan 8:34. La única cruz de la cristiandad es sólo decoración, colgada en las paredes o usada como joya. La cristiandad deja a la gente viviendo en los deseos de la carne, cumpliendo los deseos de la carne y los de los pensamientos de sus mentes, así como el resto de los hombres; ellos son dejados en su naturaleza pecaminosa, caminando de acuerdo a la carne, cuyo fin es satisfacer las cosas de la carne; en sus lujurias, deseos, afectos, placeres, orgullo, ira, vanidad, temor, preocupaciones, planes, etc. Porque si vivís conforme a la carne [la naturaleza pecaminosa], habéis de morir. Rom 8:13. Juan 3:19 Y ésta es la condenación: que la luz ha venido al mundo [cada hombre], pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 

Todos los hombres tienen una pequeña medida de la luz (Cristo) que brilla en la oscuridad dentro de ellos para exponer el mal en sus corazones a medida que les ruega de manera anónima que alejen de sus caminos egoístas e impíos; pero los hombres, al amar sus caminos impíos, ignoran las suaves súplicas de Dios y por lo tanto permanecen en la oscuridad, cometiendo pecado, caminando de acuerdo con su mente carnal y su imaginación impía. Si no guardamos [practicamos, obedecemos] sus palabras, cuando morimos (el último día), recordaremos sus palabras con las que nos rogaba que nos apartáramos del mal, y aquellas palabras nos juzgarán. Juan 12:48. De la Palabra del Señor en el interior: " 

Todos los hombres están sin excusa; si yo estuviera en silencio, ellos tendrían una excusa." Juan 3:20 Porque todo aquel que practica lo malo [pecado] aborrece la luz [por lo tanto aborrece a Cristo, quien es la luz], y no viene a la luz, por temor de que sus obras sean expuestas y reprendidas. La verdadera luz es dada a cada hombre que viene al mundo para que pueda creer. Juan 1:9. La luz brilla en las tinieblas pero los hombres no entienden que es Cristo razonando de manera anónima con ellos, tratando de mostrarles (reprenderles) por su impiedad. Juan 1:5, Efe 5:13. Amando su vida egoísta, y odiando la luz (que es Cristo) que intenta corregirlos (reprenderlos), los hombres impíos huyen de la luz (Cristo) y así permanecen en la condenación, caminando en oscuridad, continuando en pecado, satisfaciendo la lujuria y los deseos de su carne. 

Aquel que continúa cometiendo impiedad [pecado] ama las tinieblas, y es condenado — no importa lo que ellos piensen que creen. Aquel no viene a la luz, para que (por temor de que) sus obras malas no sean reprobadas, (juzgadas).Él quiere continuar su estilo de vida egoísta, su vida de maldad, y así rechaza y odia la luz ( que es Cristo).Él ama las tinieblas, donde sus obras no están expuestas como malas, de modo que él rechaza la luz y odia la luz, que es Cristo. Como los demonios, él puede pensar que Cristo es el Hijo de Dios; pero debido a que ama su estilo de vida, y odia la convicción que le da la Luz, se aleja de la luz, hacia la comodidad de las tinieblas, donde no hay desaprobación; y por lo tanto es condenado. 

Cualquier cosa que él diga que cree con su boca — es traicionada por sus acciones. Si él creyera en la luz, él obedecería la luz. Si el creyera en Cristo, él obedecería a Cristo. Creer es obedecer. La obediencia lleva a la salvación. La obediencia lleva a la justicia. Juan 3:21 Pero el que hace la verdad viene a la luz para que se muestre que sus obras son producidas [efectuadas, formadas, provocadas, vigorizadas] por medio de Dios. Aquellos que han estado experimentando la eliminación del pecado de sus corazones realizada por el Espíritu, aman la luz y ansiosamente vienen a la luz para que el pecado sea destruido aún más. Aquellos que han sido liberados del pecado, vienen ansiosamente a la luz para ser dirigidos por Dios a realizar obras de amor, para obtener gozo y para la gloria de Dios: Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras. 

Efe 2:10. El hombre viene a la luz al esperar a Dios en silencio, velando y escuchando con la esperanza de un cambio por medio de Jesús. Aquellos que vienen a la luz, aman a Cristo, como es puesto en evidencia por la obediencia a la verdad de lo que la Luz y la Palabra les revela; y ellos llegan a ver más luz, la cual los guía en todas sus palabras y acciones. Guerrera del Altísimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario