sábado, 11 de octubre de 2014

Son culpables de pecado los niños?

Que de los niños sea el reino de los cielos, como dijo nuestro Amado Señor, no significa que ellos estén sin pecado, porque el pecado no es solamente un acto de la volición, no es solamente un acto en la ejecución de la voluntad que decide en algún momento y por determinación propia, pecar, sino que es una naturaleza inherente en nosotros por descender de Adán; su culpa se nos imputa a nuestra cuenta de la misma manera que esta culpa es quitada de nuestra cuenta por Cristo cuando somos regenerados por Él, y nos es imputada a nuestra cuenta Su justicia en el acto de la justificación así como en el acto de la cruz, Él pagó nuestra culpa añadiéndola voluntariamente a Su cuenta.

Hay dos cosas que se nos cargan a nuestra cuenta por descender de
Adán , a raíz de su pecado: LA PENA Y LA CULPA.

La PENA consiste en la retribución judicial, o el justo pago por haber Adán cometido ese pecado:

1- La pérdida de la rectitud original
2- La corrupción y contaminación del alma
3- La muerte física y espiritual.

Es evidente que todos nosotros nacemos con estas tres consecuencias; de esto se desprende que venimos cargando la pena del pecado de Adán.

Sin embargo, la CULPA puede definirse como la OBLIGACIÓN JUDICIAL DE DAR SATISFACCIÓN A LA JUSTICIA Y A LA LEY DE DIOS.

Entonces, los niños por pecado personal, no tienen culpa, pero sí por pecado original o hereditario. ¿Por qué? Porque ellos cargan, como hemos visto, con la pena del pecado de Adán y la pena no se imputa donde no hay culpa. Si hay pena sobre alguien que no tiene la culpa, ahí hay injusticia. Pero vemos que los niños traen las consecuencias antes vistas por el pecado de Adán, y por ello, traen culpa inherente. Los niños no tienen la rectitud original que tenia Adán, los niños no están exentos de la corrupción del alma y tampoco de la muerte tanto física como espiritual.

La evidencia de esto es que hay niños que mueren en la infancia. La muerte física es parte de la pena del pecado de Adán, de manera que si los niños son susceptibles a morir en la infancia, lo son porque cargan con la pena del pecado de Adán, y como hemos dicho, no puede haber pena sobre alguien que no tiene culpa.

Quienes dicen que los niños no traen la culpa, sino solo la pena, entonces automáticamente dicen que Dios está poniendo sobre ellos una pena "por venganza" del pecado de Adán. Y que Cristo no muere por ellos, porque Cristo vino a redimir de la culpa y de la pena a los pecadores. Si los niños no son culpables de pecado original, entonces si mueren en la infancia, no son salvos porque Cristo no pagó por ellos. Vienen con la pena, que es muerte, corrupción y pérdida de la rectitud original y si Cristo no pagó por ellos, entonces continúan con la pena después de la muerte. ¡Lejos de nosotros esté semejante cosa!

En síntesis: Los niños necesitan salvación y regeneración para entrar al Reino de los cielos. Se dice que de ellos es el reino porque si mueren en la infancia, Cristo habría pagado por su pena y su culpa en la cruz, e imputándoles Su perfecta justicia a sus cuentas, los salva. Se dice que no se les impida ir a Cristo, ¿y por qué no habría de impedírseles salvo porque Cristo sabe que ellos al igual que los adultos necesitan salvación y regeneración?

Una aclaración: la manera ordinaria es que cuando crecen, ellos creen y son regenerados cuando tienen uso de razón y ponen en función sus voliciones para creer en Cristo. Pero en los que mueren en la infancia, siendo elegidos, el poder secreto del Espíritu los debe regenerar, habiendo pagado Cristo sus pecados anteriormente en la cruz, para poder salvarlos. No entran al reino de los cielos solamente por no haber cometido pecado personal; hemos visto que vienen con culpa suficiente para no poder entrar al reino.

Este lenguaje jurídico o judicial es necesario tenerlo presente, porque el Evangelio se expresa claramente en este lenguaje; el aspecto "forense" de la expiación de Cristo no puede faltar nunca. La teología reformada clásica siempre hace hincapié en este aspecto como muy necesario.

Romanos 5: 12-20:

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro." Romanos 5: 12-21 Reina Valera 1960.
Gabriel Moreira

No hay comentarios:

Publicar un comentario