domingo, 25 de mayo de 2014

La mentira del Diezmo


Mateo 23:23-24 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es á saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro.

24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello!

Aquí tenemos la única ocasión en el Nuevo Testamento en donde Nuestro Señor le dice a alguien que pague el diezmo. Los que enseñan que los cristianos deben pagar el diezmo hacen referencia a este versículo como la prueba de que Nuestro Señor Jesucristo estableció la continuación del diezmo de la ley mosaica para Su Iglesia. Estos MAESTROS DEL DIEZMO modernos continúan por definir EL DIEZMO par sus congregaciones: 10 % de todo lo que gane.

Estos MAESTROS DEL DIEZMO modernos son mentirosos. Los siguientes hechos se establecerán en este artículo.

1. La ley mosaica del diezmo nunca fue el 10% de lo que usted gana.

2. El templo (que ahora se considera que es el edificio de la iglesia) no recibía todos los diezmos que eran dados por los israelitas.

3. El diezmo ni se ordenó ni se observó en la iglesia primitiva.

4. El diezmo como un pacto de prosperidad solamente es efectivo para aquellos que buscan ser justificados por la ley.

5. Los que exigen el 10% de todo lo que usted gana, se identifican con los escribas y los fariseos, que eran los enemigos históricos de Cristo.

LA LEY MOSAICA DEL DIEZMO NUNCA FUE EL 10% DE TODO LO QUE GANA

Deuteronomio 14:22 Indispensablemente diezmarás todo el producto de tu simiente, que rindiere el campo cada un año.

Los antiguos israelitas calculaban y pagaban los diezmos solamente una vez por año, después de la cosecha. Durante el año, compraban y vendían, cambiaban su trabajo por los bienes de otros hombres, y sus bienes por el trabajo de otros hombres; en ninguno de estos ingresos se pagaba diezmo alguno. Durante todo el año, el israelita y su familia comían de lo producido de la tierra y del ganado. Lo que consumían en el transcurso del año no se registraba y se sumaba a la cosecha total con el propósito de calcular el diezmo. Si el hombre iba a pescar y sacaba diez pescados a mediados del año, se los comía todos. No sacaba uno para fin de año para pagar el diezmo de la pesca. Si recibía oro o plata en una herencia, no se le exigía que pagase los diezmos de la herencia. Es sencillamente ridículo sostener que a los israelitas se les exigía que mantuvieran registros detallados de todo lo que obtenían en el año, para asegurarse de que pagaban exactamente el diez por ciento de “todo lo que ganaban” como un diezmo.

Al israelita no se le ordenaba diezmar todo lo que obtenía y usaba a lo largo del año, sino sólo del aumento al fin del año. Lo mismo es cierto con un negocio en que una cierta cantidad del ingreso se consume en mantener la operación. Es notable como los maestros modernos del diezmo esperan que el trabajador ordinario suelte el 10% de su cheque de pago antes de que se paguen sus facturas o sus impuestos. Mientras que por otro lado si hay un rico en la iglesia que tiene un negocio grande y floreciente, a ese rico se le permite simular que una gran porción de su ingreso total no está sujeto a la misma ley. Déjeme señalarle lo ridícula que es esta distinción: el dueño del negocio pone su camión de la empresa a nombre de la empresa, y hace sus pagos con un cheque de la empresa. Tiene sus tarjetas de crédito de la nafta a nombre de la empresa, y paga esas facturas con un cheque de la empresa. Lo mismo con su seguro. Después de que se han pagado todos estos grandes costos operacionales, se paga a sí mismo lo que quiere en un cheque de sueldo hecho a su nombre. Sólo se espera que pague el diezmo de ese cheque.

El trabajador ordinario que debe tener un automóvil para ir a trabajar, tiene que enfrentar todos los mismos costos, ¡pero se espera que él pague el diezmo sobre su ingreso total ANTES de que pague los gastos del auto, la nafta y el seguro!

¡La hipocresía es obvia! ¿Es que no ve que el trabajador común y corriente necesita su automóvil para conducir su propio “negocio”? La única diferencia entre el hombre que trabaja por un cheque de pago y el que tiene su propia empresa es un pedazo de papel. El trabajador paga un porcentaje mucho más alto de su ingreso total que el rico que tiene una empresa, que tiene toda clase de “deducciones” que puede calcular de su ingreso “personal”. Ninguno de estos maestros del diezmo JAMÁS les exigen a los empresarios que paguen el diezmo sobre su ingreso total, ¡porque SABEN QUE TAN LEJOS PUEDEN IR! ¡Es hipocresía y opresión de los más pobres en la iglesia!

El diezmo solamente se calculaba y se pagaba una vez al año en la nación Hebrea. Durante todo el año el granjero comía del producto de su tierra, y usaba de ese producto para llevar adelante su granja. Al fin de la cosecha se calculaban los diezmos. El granjero rico que empleaba a 20 pastores y 20 braceros no podía hacer más “deducciones” que el granjero pobre que no tenía empleados. El diezmo anual era un cálculo simple sobre el aumento de lo producido en el campo en el tiempo de la cosecha y sobre el total del ganado en pie disponible. Este cálculo no incluía ciertos gastos de capital que reducían efectivamente el monto del diezmo. Por ejemplo: un granjero tiene 70 ovejas, y nacen 30 durante el año, así que ahora tiene 100 ovejas: pero necesita un buey para arar sus campos, así que intercambia 30 ovejas por un buey. A fin de año, sólo paga el diezmo por las 70 ovejas, y se queda con su buey. El diezmo del ganado en pie siempre se calculó sobre el rebaño total disponible, pero solamente una vez por año, y había una excepción para los pobres: si un hombre empezaba con 10 ovejas, nacían 3 ovejas en el transcurso del año y se comía 4 ovejas adultas, ahora tenía 9 ovejas. Si a fin de año todavía tenía solamente 9 ovejas, no se le exigía que diera una de esas ovejas al Señor como diezmo, aún cuando se había comido 4 ovejas (Levítico 27:32). La ley mosaica del diezmo nunca fue el 10% de todo lo que uno gana.

EL TEMPLO (QUE AHORA SE CONSIDERA QUE ES EL EDIFICIO DE LA IGLESIA) NO RECIBÍA TODOS LOS DIEZMOS QUE ERAN DADOS POR LOS ISRAELITAS.

Números 18:26, 28 Así hablarás á los Levitas, y les dirás: Cuando tomareis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida á Jehová el DIEZMO de los diezmos.

28 Así ofreceréis también vosotros ofrenda á Jehová de todos vuestros diezmos que hubiereis recibido de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de Jehová á Aarón el sacerdote.

De hecho, los sacerdotes del templo no recibían directamente de la gente ningún diezmo en absoluto. Sólo los levitas estaban autorizados a recibir los diezmos, y les pagaban el diezmo de los diezmos a los sacerdotes. De este modo, los sacerdotes del Templo sólo recibían ¡UNA DÉCIMA PARTE de los diezmos! El grueso del sostén económico de los sacerdotes y del Templo venía de las otras ofrendas que estaban ordenadas según la ley.

Deuteronomio 14:23 Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino, y de tu aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados, para que aprendas á temer á Jehová tu Dios todos los días.

¿Quién se come el diezmo? ¡No el levita ni el sacerdote! En Israel se esperaba que todas las familias fueran a Jerusalén una vez al año a visitar el Templo. Parte de los diezmos se utilizaban para sufragar los gastos del viaje y puede que se hayan usado para hacer las otras ofrendas que se ordenaban separadamente según la ley. ¡Estaban comiendo y bebiendo sus propios diezmos! Esto se confirma aún más en los versículos siguientes:

Deuteronomio 14:24-26 Y si el camino fuere tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere,

25 Entonces venderlo has, y atarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere;

26 Y darás el dinero por todo lo que deseare tu alma, por vacas, ó por ovejas, ó por vino, ó por sidra, ó por cualquier cosa que tu alma te demandare: y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.

¡Ay! ¡Cuánto me encantaría detenerme un poco de tiempo con el versículo 26, y hablar acerca de el vino y de las bebida fuerte que se le permitía comprar para uno mismo con algo de los diezmos! Pero dejemos eso para otra ocasión. Sea suficiente decir que los diezmos se usaban para financiar el peregrinaje de la familia a Jeusalén una vez al año. ¡No sólo que no pagaban el diezmo de “todo lo que ganaban”, sino que consumían parte del diezmo!

Deuteronomio 14:27-29 Y no desampararás al Levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.

28 Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades:

29 Y vendrá el Levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres.

El diezmo en el antiguo Israel era un impuesto a las ganancias. Lo que sea que consumieran en el transcurso del año no se tenía que incluir en el cálculo, y una vez cada tres años el diezmo ENTERO se daba a los levitas locales y a la gente pobre en su propio pueblo. Los levitas oficiaban de magistrados y de maestros de escuela en los pueblos en que residían, así que el diezmo del tercer año, se daba para el sostén económico del poder judicial local, y para el financiamiento de la salud, la educación y el bienestar social.

Sólo una vez cada tres años dice que se daba el diezmo ENTERO, y en ese caso, al Templo no se traía NADA: sino que se daba a los levitas y a los pobres en su propio pueblo. Esto se reitera en Deuteronomio 26:12 y Amós 4:4 (véase también Tobías 1:7 en la Apócrifa). Es muy difícil imaginarse un conjunto exacto de cifras de quien obtenía cuanto de los diezmos al final; pero una cosa es segura: el Templo en Jerusalén no recolectaba el 10% del ingreso total de la población, y por lo menos 1/3 de los diezmos se dedicaban a financiar la educación y al sostén de los pobres en su propia comunidad. Como alguien con una mente honesta puede tomar la ley mosaica del diezmo y ocurrírsele que “10 centavos de cada dólar que pasa por sus manos le pertenecen a la iglesia local” me sorprende. Concluyo que no tienen mentes honestas.

La doctrina del diezmo, como es enseñada y recibida por muchos cristianos hoy en día, es una MENTIRA: es una fábula de los eclesiásticos que temen que sean incapaces de ganarse el amor y el apoyo de corazón de sus congregaciones, y así, han decidido asustar a su gente para que entreguen el efectivo. No se puede encontrar en la ley de Moisés ni se puede defender desde ella. No se aplica universalmente ni en forma justa a todos los miembros de la iglesia. Puede apostar que cada maestro del diezmo en la cristiandad ha restregado la Biblia para encontrar apoyo para su doctrina, y lo que encontraron no favoreció su causa. Han ignorado la Biblia y le dieron una imagen distorsionada de ella y le mintieron acerca de esto. Los que dan falso testimonio para obtener su dinero no son menos responsables que los que rehúsan confiarle a Dios su dinero.

EL DIEZMO NI SE ORDENÓ NI SE OBSERVÓ EN LA IGLESIA PRIMITIVA

2 Corintios 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ó por necesidad; porque Dios ama el dador alegre.

¿Alguien podría por favor mostrarme dónde en el Nuevo Testamento podemos encontrar que alguno de los creyentes pague el diezmo, o que alguno de los Apóstoles pida el diezmo? Las epístolas están llenas de discusiones acerca de dar para el sostén de los predicadores, de los maestros y de los pobres: pero en ningún lugar ninguno de los Apóstoles pide el diezmo ni le recuerda a nadie que pague el diezmo. Y, ¿cómo puede decirse que un hombre no está dando por necesidad si está obedeciendo una LEY del diezmo? ¿Cómo puede decirse que un hombre no está dando por necesidad si está convencido de que será maldecido con pobreza si no paga ese diezmo? Ciertamente, ¡si el Apóstol Pablo hubiera pensado que estaba autorizado y obligado a exigir los diezmos, lo habría traído a colación en 1 Corintios capítulo nueve, donde afirma que tiene derecho a recibir apoyo financiero de aquellos a los que les predica! ¿Por qué Pablo no les recuerda que están obligados a pagar esos diezmos, y que él tiene derecho a recibir esos diezmos?

Con respecto a la última vez que el Nuevo Testamento registra que Nuestro Señor le dice a alguien que pague el diezmo, si se entendiese como un mandamiento a la Iglesia, ¿cómo puede ser que nunca es reafirmado por ninguno los Apóstoles?

Ciertamente, este habría sido un modo simple de garantizar el ingreso del clero. Jesús en Mateo 23:34, se dirige a los fariseos, no a sus propios discípulos, y a la preocupación por el diezmo la llama un mosquito. Y aún así, para los que juntan el diezmo en la cristiandad apóstata, el mosquito ES el camello.

¡Ah! ¡Pero si ya puedo oír el cacareo! Alguien ahí afuera está ansioso por recordarme que Abraham pagó los diezmos antes de la ley de Moisés, así que eso lo convierte en ley para la Iglesia. Sólo echémosle un vistazo a la historia:

Hebreos 7:1-2, 4 PORQUE este Melchîsedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió á recibir á Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,

2 Al cual asimismo dió Abraham los diezmos de todo,…

4 Mirad pues cuán grande fué éste, al cual aun Abraham el patriarca dió diezmos de los despojos.

En Génesis capítulo 14, Abraham sale a rescatar a su sobrino Lot, quien ha sido raptado junto con muchos otros. Los raptores han saqueado los pueblos de Sodoma y Gomorra donde vivía Lot e iban de regreso a sus ciudades. Abraham tomó 318 siervos junto con él (sí que era rico), y rescató a la familia de Lot. Él también les quitó a los raptores todo el botín que habían obtenido durante sus ataques. Después de restaurar la propiedad personal de los residentes de Sodoma, le dio el 10% del botín a Melquísedec. Esta vez, y sólo esta única vez, se nos dice que Abraham le pagó los diezmos a alguien. No hay mención de que se haya ido a su casa a redondear el 10% de los bienes que tenía ahí, y cualquiera que pudiese formar un ejército de 318 hombres no era pobre. No se nos dice en ningún lado que Abraham haya pagado nuevamente el diezmo de ninguno de sus ingresos. Si Abraham establece una ley para los cristianos en lo respectivo al diezmo, entonces si usted da el 10% de sus ganancias inesperadas, ha imitado a Abraham. El propósito de Hebreos capítulo 7 no es establecer una ley del diezmo, sino mostrarle como Jesucristo se prefiguraba en símbolos y figuras a través del Antiguo Testamento.

Pero luego, alguien recordará que Jacob dijo, y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti (Génesis 28:22). Podemos suponer por estas palabras que Jacob, desde ese momento, le dio la décima parte a Dios: ¿pero a quién se lo dio? No había “eclesiásticos” a su alrededor para recoger esos diezmos, ni tampoco había un Templo al cual traerlos. Quizás Jacob le dio ese diezmo a los pobres; quizás fueron consumidos en ofrendas encendidas, pero una cosa es segura: este diezmo no iba al “depósito” de nadie. Nota: esto no fue un mandamiento de Dios a Jacob, sino un voto a Dios hecho por Jacob. La antigüedad de una práctica no la convierte en ley para la Iglesia, ya que la circuncisión predata de la ley de Moisés (Juan 7:22, Gálatas 5:2). De ningún modo voy a admitir LA MENTIRA DEL DIEZMO, sino que permítanme conjeturar aquí: que ya que nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestro trabajo y nuestros bienes son todos equivalentes en la práctica al dinero, los cristianos devotos deberían dar MÁS del 10% de todo lo que tienen y de todo lo que obtienen de Dios, de alguna manera que Dios mida y reconozca.

Creo que los miembros de la iglesia a los que les da seguridad pagar el diezmo harían bien en considerar estas palabras de Nuestro Señor Jesucristo:

Mateo 6:1-4 MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos.

2 Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su recompensa.

3 Mas cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha;

4 Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público.

Ahora dígame si puede, ¿cómo puede evitar que su izquierda sepa lo que hace su derecha si tiene cuidado de ese 10%? Este es un claro mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo de NO LLEVAR UN REGISTRO de que tan generosos hemos sido con la iglesia o con la caridad. Esto también se aplica a llevar registros de lo que da con propósito de deducirlo del impuesto a las ganancias. Si su iglesia a fin de año le da ese recibo de todo lo que da, usted sabe, y ellos saben, cuanto ha dado exactamente. Que el Señor les dijese a los fariseos que no dejaran de pagar el diezmo es una reflexión de Su juicio sobre ellos: que no eran de Sus ovejas. Era característico de Nuestro Señor el alentar en sus obras a las personas que se creían muy justas, y hasta elevar la exigencia, para mostrarles que no eran hechos justos por esas obras.

A cualquiera que se atreva a preguntar: ¿Cuánto tendría que dar entonces? Hay una sola respuesta: TODO. Jesús dijo:

Lucas 14:33 Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia á todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.

En el capítulo 18 de Lucas, un rico le pregunta al Señor qué debe hacer para heredar la vida eterna. El Señor le dice que guarde los mandamientos. Cuando este joven le plantea al Señor que él ya ha guardado todos los mandamientos (y esto debe de incluir el diezmo) y aún así todavía falta algo, Jesús le dice: vende TODO lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme (Lucas 18:22). El hombre no puede soportar esto, y se va sintiéndose triste por sí mismo. En asuntos de dinero, pagar el diezmo no era suficiente para que este hombre sea justificado en relación con su dinero. A cualquiera que tenga que preguntar, “¿Cuánto debo dar?”, la respuesta es la misma de siempre: vende TODO lo que tienes.

El único patrón de cuanto dar es el 5to capítulo del libro de los Hechos. Allí, dieron todo lo que tenían: y cuando Ananías y Safira dijeron haberlo entregado todo, cuando en realidad, solamente habían dado una parte, cayeron muertos en el lugar por mentirle al Espíritu Santo.

Al final, pagar el diezmo es un modo fácil de darle vueltas a lo que significa DEJARLO todo. Considere como Jesús les ordena a todos sus discípulos que lo vendan todo y lo den:

Lucas 12:33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.

¿Me puede decir cómo es que los cristianos profesos se atreven a pensar que si han pagado el diezmo han cumplido el requisito de un verdadero discipulado? ¿No es sólo un modo de evitar enfrentar lo que significa en definitiva dejarlo todo?

Me gustaría tomarme aquí un momento para asegurarme de que me entienda. No ando por ahí contando el dinero de los otros. Sólo porque un hombre tenga el poder de gastar un montón de dinero no significa que no lo ha dejado todo por Cristo. Una vez que un hombre ha dejado todo por Cristo, el Señor puede decidir hacer a ese hombre un mayordomo de Su dinero. Un hombre que continuamente lo está dejando todo también puede ser continuamente prosperado. Esta pregunta: ¿Lo ha dejado todo por Cristo?, sólo puede ser respondida por usted y por Cristo. No abro juicios en este punto basados en que tan próspero es alguien. No es asunto mío juzgar cuanto dinero el Señor le da a otro hombre. Tampoco es asunto suyo. Lo que es asunto suyo es estar a cuenta con Nuestro Señor acerca de su propia vida y de su propio dinero. Si se miente a sí mismo acerca de lo que se le exige para ser discípulo del Señor, Él lo sabe. ¡USTED TAMBIÉN!

EL DIEZMO COMO PACTO DE PROSPERIDAD ES EFECTIVO SOLAMENTE PARA LOS QUE BUSCAN SER JUSTIFICADOS POR LA LEY.

Lucas 17:10 Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.

Hay sólo 3 razones por las que alguien se subscribiría a la doctrina del diezmo como se enseña hoy en día en la cristiandad apóstata.; ellas son:

1. Están en un estado de inmadurez espiritual e ignorancia. Se deben hacer algunas concesiones a los que se sienten obligados a pagar el diezmo, ya que están sujetos a una incesante arenga de advertencias y promesas de parte de los que desean recaudar esos diezmos. Si temen a Dios y tiemblan a Su palabra (Isaías 66:2), investigarán la Biblia por sí mismos y verán la verdad tarde o temprano.

2. Piensan que le pagan a Dios “Su porción” y así pueden hacer lo que quieran con el resto de su dinero. También consiguen ser así aprobados por sus pares.

3. Creen que pagar el diezmo es como invertir dinero en el banco o en la bolsa de comercio. Esperan ser prosperados por Dios por pagar el diezmo. Bastante a menudo, son prosperados, de forma que la doctrina de prosperidad a través del diezmo parece creíble.

Los que enseñan la doctrina del diezmo para los cristianos a menudo se aferran a las promesas de prosperidad del Antiguo Testamento. El versículo más popular que se usa para substanciar la doctrina del diezmo para prosperidad es Malaquías 3:10. Repasemos este versículo significativo.

Malaquías 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

¡No hay duda de ello! Este versículo dice que si uno paga fielmente sus diezmos será prosperado. El problema es que a uno no se le permite seleccionar y elegir que leyes del Antiguo Testamento que quiere recibir y cuales quiere ignorar. Las mismas promesas están adjuntas también a las otras leyes (Deuteronomio 12:28, 28:1-6, Levítico 26:3-6).

Tan pronto como se ata a sí mismo a una promesa que está conectada con la obediencia a la Ley, usted ha entrado en el pacto de la Ley.

Santiago 2:10 Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos.

¡Aún así estos maestros del diezmo piensan enseñarle que usted puede ignorar toda la ley excepto obedecer en un punto! El diezmo era parte del código civil que gobernaba la nación de Israel. Solamente a los levitas se les permitía recaudar los diezmos. El diezmo no es parte de los Diez Mandamientos, en ningún lado se le ordena a La Iglesia, y no se enseñó ni se practicó en la cristiandad hasta fines del siglo VI. El diezmo es una parte del pacto de Dios con los judíos solamente.

Jeremías 31:31-32 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Jacob y la casa de Judá:

32 No como el pacto que hice con sus padres…

Hebreos 8:7-8, 13 Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado lugar de segundo.

8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, Y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto;

13 Diciendo, Nuevo pacto, dió por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.

Nosotros, que decimos ser cristianos, tenemos un NUEVO PACTO. Para los cristianos, la vieja ordenación ha pasado. Jesús dijo, La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza á entrar en él (Lucas 16:16). En otras palabras, el pacto de La Ley, como fue afirmado por los profetas, se terminó con la aparición de Juan el Bautista.

Gálatas 5:4 Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Sé que los maestros del diezmo y los que pagan el diezmo, no DICEN que son justificados por la ley, e insisten en que su fe está en Cristo. Sin embargo, el Apóstol Pablo entiende que cualquier intento de ser justificado en un punto por la ley es caer de la gracia. La circuncisión es el tema de Gálatas capítulo 5, pero la circuncisión es sólo parte de esa ÚNICA LEY. El que paga el diezmo intenta justificarse a sí mismo en este único aspecto: que él le ha dado a Dios “Su porción”, y así está justificado por obediencia a la ley en este único asunto. ¡No es diferente que los que insistían en ser circuncidados! No estaban insistiendo en un regreso completo a toda la ley de Moisés, sólo en este punto. El Apóstol Pablo dice:

Gálatas 5:3 Y otra vez vuelvo á protestar á todo hombre que se circuncidare, que está obligado á hacer toda la ley.

Y así es con el que paga el diezmo que justifica sus acciones sobre la base del Antiguo Pacto. Ha CAÍDO DE LA GRACIA. Escúchelo de nuevo:

Gálatas 3:10 Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

Simplemente no puede meterse a hurtadillas en el Antiguo Testamento y pensar en sacar de un tirón una regla para sacar ventaja de ello. Está bajo maldición si lo hace así, y sería mejor que cumpla perfectamente también el resto de la ley, o terminará maldito. Esto no es un asunto pequeño para Dios. Escuche al Apóstol Pablo:

Filipenses 3:8-9 Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo,

9 Y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

Lo que sea que cuente como su justicia, es aquello que le da confianza con Dios. Si siente como que ha arreglado la cuestión del dinero con Dios al pagar el diezmo, ha entrado debajo de maldición: tiene su propia justicia. El discípulo de Nuestro Señor Jesucristo verdadero y obediente tiene cuidado de no dejar que su izquierda sepa lo que hace su derecha en asuntos de dar. También sabe que excepto que un hombre deje TODO lo que posee no puede ser discípulo de Cristo (Lucas 14:33). De ninguna manera está autorizado al uso egoísta y personal del resto de su dinero sólo porque él le pagó a Dios su “porción”.

Consideremos el significado de Lucas 17:10, donde Nuestro Señor nos dice que después de que hayamos hecho todas estas cosas que se nos mandan, que tenemos que decir Siervos inútiles somos. Con esta frase solamente, Nuestro Señor ha disipado cualquier ilusión que podamos tener de que Dios nos debe algo porque hicimos lo que pensábamos que era nuestro deber en algún asunto pequeño y singular. Cualquier noción de que Dios nos debe prosperidad a cambio del diezmo es totalmente repudiada por una frase del Apóstol Pablo:

Romanos 11:35 ¿O quién le dió á él primero, para que le sea pagado?

Esta frase no sólo condena el diezmo para prosperidad, sino también cualquier otra doctrina de “dame y Dios te dará” que los falsos profetas de la cristiandad apóstata aman plantear. ¡Hasta los escuché “profetizar” que ciertas cantidades de dinero vendrían a aquellos que llamen para hacer un compromiso! ¡Ah los abusos! ¡La vergüenza que se trae al nombre de Nuestro Señor a causa de estos hombres avaros y de sus enseñanzas malvadas y mentirosas! Escuche otra vez al Apóstol Pablo:

1 Timoteo 6:7-10 Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar.

8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.

9 Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden á los hombres en perdición y muerte.

10 Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Ahora sabemos que Con Dios todo es posible (Mateo 19:24-26), y habrá hombres y mujeres en el cielo que eran muy ricos cuando “se durmieron en Jesús”, pero estas gente es la excepción. No es muy fácil que un camello pase por el ojo de una aguja. Me parece interesante que la palabra hebrea para camello es la palabra aramea para CUERDA la Biblia completa más antigua en posesión del hombre es la Peshitta aramea del 200 A.C. En esta Biblia, Jesús está diciendo: es más fácil que una cuerda pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios. Ya sea que estemos hablando de una pequeña puerta en el muro de Jerusalén o del ojo de una aguja verdadera, el significado es el mismo.

Recordará que antes dije que muchos de los que pagan el diezmo parecen ser recompensados por Dios por hacerlo. Esto no lo dudo, pero considere lo siguiente: (y apuesto que esto les llegará como una sorpresa a la mayoría de ustedes) la salvación eterna y la vida eterna NUNCA se ofrecieron en La Ley de Moisés como recompensa por obedecer esa ley. Todas las promesas que ofrecen una recompensa por obedecer La Ley de Moisés se refieren SOLAMENTE a la seguridad y la prosperidad TEMPORAL. Jesús dijo, Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos (Mateo 5:20). La palabra que se traduce por fuere mayor aquí, no significa “más que”, sino “mejor que”. Jesús es el mediador de un MEJOR pacto, que se estableció sobre MEJORES promesas (Hebreos 8:6); pero La Ley de Moisés promete larga vida, buena salud, prosperidad y poder sobre todos los enemigos a aquellos que la obedezcan (Deuteronomio 28:1-13). Las promesas del Nuevo Testamento incluyen a la mayoría de estas cosas, pero se ofrecen como recompensa por la FE, e INCLUYEN LA VIDA ETERNA. La justicia que a uno lo imbuye con la vida eterna es de una calidad diferente que la que se obtenía mediante un cumplimiento relativo de La Ley de Moisés. A los que les da seguridad un cumplimiento relativo de La Ley de Moisés han caído de la gracia, y serán finalmente juzgados de acuerdo a que tan bien obedecieron la Ley Mosaica del diezmo, Y las otras 612 leyes. Dios usa a estos diezmadores para sostener su obra en la tierra, y los recompensa de acuerdo a la promesa Mosaica, pero en definitiva, Él considera a esta gente como extraños. Que este es el caso está ilustrado por un incidente particular en la vida de Nuestro Señor Jesucristo, cuando le preguntan por el impuesto del Templo.

Mateo 17:24-27 Y como llegaron á Capernaum, vinieron á Pedro los que cobraban las dos dracmas, y dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?

25 El dice: Sí. Y entrando él en casa, Jesús le habló antes, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quién cobran los tributos ó el censo? ¿de sus hijos ó de los extraños?

26 Pedro le dice: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos son francos.

27 Mas porque no los escandalicemos, ve á la mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que viniere, tómalo, y abierta su boca, hallarás un estatero: tómalo, y dáselo por mí y por ti.

Ahora toda Biblia de referencia en el mercado hoy en día le dirá que la palabra traducida por tributo aquí significa medio shekel, y le darán Éxodo 3:10 y 38:26 como referencias de esta práctica. Era un impuesto por cabeza sobre la población que se tarifaba para el sostén del Templo. Jesús, al llamar al sacerdocio los reyes de la tierra, no los está adulando. Tan pronto como Nuestro Señor llegó a la escena y ellos supieron de Él, sus oficios ya no eran más la jerarquía del cielo. Nuestro Señor estableció explícitamente que en Su Iglesia, ninguno de los líderes serías nomo los reyes de la tierra (Lucas 22:25-27).

Mediante las palabras Luego los hijos son francos, Nuestro Señor libera a todos Sus discípulos de la obligación de pagar cualquier clase de impuesto, diezmo, o monto fijo de manera acostumbrada para el mantenimiento de Su Reino.

Este tributo, dice Nuestro Señor en concordancia con Pedro, se toma de los extraños. El término extraños en la jerga hebrea, siempre significa los que están fuera del pacto de Dios. Y así se cumplirá, que la riqueza del pecados para el justo está guardada (Proverbios 13:22).

Algunos de los recaudadores del diezmo de la cristiandad apóstata son tan avarientos por su ganancia, que se aferrarán a las palabras Mas porque no los escandalicemos, que fueron dichas por Nuestro Señor, como su último intento de demostrar que usted simplemente debe PAGAR ESOS DIEZMOS. Ni siquiera les voy a dejar que se salgan con eso. Al decir Mas porque no los escandalicemos, Jesús está negando que el impuesto del templo de medio shekel sea obligatorio para ninguno de sus discípulos. Nuestro Señor no rehusó pagar, pero, trata al impuesto del templo con desprecio a decirle a Pedro que vaya a pescar, y que el primer pescado que saque Pedro tiene la cantidad exacta de dinero en su boca que era necesaria para pagar el Impuesto del Templo para ambos. También no hay registros de que Nuestro Señor pagara ningún diezmo después del comienzo de su ministerio público. A veces los verdaderos discípulos de Nuestro Señor Jesucristo tienen que hacer algunas concesiones temporarias a los escribas y fariseos por el bien de las apariencias, pero cuando sea necesario, el Señor les dará ese dinero de tal manera que no les costará realmente nada.

De hecho, que los maestros del diezmo de la cristiandad apóstata continuarán buscando y entresacando cualquier excusa para obligarlo a pagar ese diezmo, indica que SON los fariseos de Mateo 23:23-24.

LOS QUE EXIGEN EL 10% DE TODO LO QUE GANA SE IDENTIFICAN CON LOS ESCRIBAS Y FARISEOS, QUIENES ERAN LOS ENEMIGOS HISTÓRICOS DE CRISTO.

Mateo 23:1-3 ENTONCES habló Jesús á las gentes y á sus discípulos,

2 Diciendo: Sobre la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y los Fariseos:

3 Así que, todo lo que os dijeren que guardéis, guardad lo y haced lo; mas no hagáis conforme á sus obras: porque dicen, y no hacen.

En un tiempo estuve interesado en unirme a una iglesia que había visitado unas pocas veces, así que fui a ver al pastor. Me regaló un credo de la iglesia que se esperaba que yo leyese, que estuviese de acuerdo con él, y que lo firmase. Esto fue hace muchos años atrás, y ahora creo que los “credos”, al ser supuestamente resúmenes de la fe cristiana, siempre le añaden o le quitan a La Palabra de Dios. Sin embargo, en ese tiempo tenía más sospechas que convicciones acerca de muchas cosas. No tenía problema en estar de acuerdo con todo en el credo de esta iglesia excepto el artículo que establecía que “Dios ha ordenado, a través de las Santas Escrituras, que el diezmo es el deber de todo cristiano para el sostén de la obra de la Iglesia, y que este diezmo se calcula sobre el ingreso antes de los impuestos”. Tan humildemente como pude, le rogué permiso para presentar mi causa de que el diezmo no era el 10% de lo que uno ganaba, y de que no le fue ordenado a la iglesia. El pastor estuvo dispuesto, así que le mostré todo lo que usted ha repasado recién en este artículo. Finalmente, él concedió que no era posible substanciar la doctrina del diezmo en el credo de su iglesia desde la Biblia; PERO, afirmó que el Señor le dijo que si alguien quería ser miembro de esa iglesia, tenía que estar de acuerdo con pagar el diezmo. Estuve de acuerdo con él en que como pastor tenía el derecho de hacer esa estipulación. También estuve de acuerdo en pagar el diezmo, pero sólo si él reescribía el artículo sobre el diezmo en el credo de forma que establezca explícitamente que el requisito del diezmo para ser miembro de la iglesia le vino a él por revelación, y no de las Santas Escrituras. Amablemente, pero firmemente, me informó que estaba lleno de otras iglesias en el pueblo, y de que estaría mejor en cualquier otro lugar.

Verá, ya que solamente a los levitas se les permitía tomar los diezmos, y Moisés era de la tribu de Leví, este pastor suponía que estaba sentado en la silla de Moisés. En los tiempos de Nuestro Señor, había solamente una iglesia “oficial” en Israel: el Templo en Jerusalén. El moderno maestro del diezmo hace que su propia iglesia sea el equivalente en la práctica del Templo de Dios, y supone que se sienta en la silla de Moisés. Si yo quisiese asistir a este “templo”, estoy obligado a hacer cualquier cosa que él me mande que observe y que haga. Pero recuerde, Dios ya no habita más en templos hechos de manos de hombres (Hechos 7:48). Si usted se ha obligado con alguien que se sienta en la silla de Moisés, entonces usted debe pagar el diezmo. Hay ciertos gastos de mantenimiento del edificio, el personal, y cualquier otra cosa que le brinden. Ellos, la gente de esa iglesia, tienen el derecho de esperar un poco de ayuda de quienquiera que quiera compartir el uso de las instalaciones. Usted no tiene derecho a sacar ventaja de sus programas, su edificio, sus servicios o sus funciones sociales amenos que haga algo para ayudar a sufragar los gastos. En la Iglesia Católica medieval y en muchas Sinagogas Judías modernas, uno “renta” su propio asiento o banco por tanto por año. Me parece que esta práctica es menos objetable que la falsa doctrina del diezmo que se usa en la cristiandad apóstata hoy en día. La gran diferencia entre los fariseos del antiguo Israel y los fariseos de la cristiandad apóstata es esta:

Hechos 17:24-25 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos,

25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas;

El Apóstol Pablo, que predicó esto desde la Colina de Marte en Atenas, escuchó decir esto al diácono Esteban ante el Sanhedrín en Hechos 7:48. Esta frase el Altísimo no habita en templos hechos de mano, hizo que lo mataran a Esteban, ya que los líderes religiosos que lo llevaron a juicio sabían lo que tal frase podía significar para su posición e influencia. Pablo fue testigo del juicio y la ejecución de Esteban, y se sintió obligado a usar esta frase en su propio ministerio.

Antes de que Nuestro Señor llegara a la escena, le Templo era el centro físico de la autoridad de Dios en la tierra. Jesús les dijo a los fariseos: He aquí vuestra casa os es dejada desierta (Mateo 23:38). Desde ese momento, Dios no tiene “templos hechos de manos” en la tierra. Usted no le debe lealtad a ninguna iglesia a menos que sea dirigido ahí personalmente por el Espíritu Santo. Usted puede salir o rehusar asistir en cualquier momento que quiera. El Señor ya no necesita más un edificio, o ventanas de vidrio con dibujos coloreados, ni altares de mármol para Su gloria. Estas son todas cosas que puede tener o no si está dispuesto a pagar por ellas. Estas decoraciones son para usted, no para Dios.

El que exija los diezmos se ha sentado en la silla de Moisés, y el Señor nos dice quien se sienta ahí: los escribas y fariseos. Todavía cuelan el mosquito y se tragan el camello (Mateo 23:23-24). ¡Lo que los hace peores que los fariseos de los tiempos de Nuestro Señor es que se atreven a decir que su iglesia es el equivalente en la práctica del Templo judío! Y además, la casa donde Moisés se sentaba ahora está notoriamente desolada (Dios no está ahí).

Finalmente consideremos la única persona en la Biblia que exigió un 10% de todo lo que uno recibía: el Rey Saúl.

1 Samuel 8:15, 17 El diezmará vuestras simientes y vuestras viñas, para dar á sus eunucos y á sus siervos.

17 Diezmará también vuestro rebaño, y seréis sus siervos.

Note que no está en discusión el acrecimiento en estos versículos. Saúl tomaba el 10% de todo lo que uno tenía u obtenía (y también mucho más, lea todo el capítulo). Escuche lo que el Señor dice acerca del Rey Saúl:

1 Samuel 8:18 Y clamaréis aquel día á causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os oirá en aquel día.

¿Y por qué esta gente estaba dispuesta a tolerar todos los abusos del Rey Saúl?

1 Samuel 8:7 Y dijo Jehová á Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado á ti (Samuel), sino á mí (Dios) me han desechado, para que no reine sobre ellos.

Toleraban a su Rey Saúl y le pagaban su 10% porque era más fácil hacer eso, que tratar de entender estas palabras de Jesucristo: vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme (Lucas 18:22).

Lucas 18:11-12 El Fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;

12 Ayuno dos veces á la semana, DOY DIEZMOS DE TODO LO QUE POSEO.

- Sefinmundo.net

1 comentario:

  1. Estimado pastor,

    Estoy escribiendo un estudio sobre ofrendas y diezmos, lo puede leer en www.tinajayvasija.com

    El punto que Ud. plantea sobre que el diezmo no era sobre el incremento del ganado o cosecha me obliga a revisar, y probablemente corregir mi estudio. Por lo demás lo felicito.

    Le recomiendo leer de mi libro los capítulos: Malaquías, La ofrenda de la viuda, Tinaja y vasija.

    Gracia y Paz,

    Esteban Polo

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