lunes, 27 de enero de 2014

Dios nos necesita ?

Recuerdo que hace años escuché un “sermón” en donde el “predicador” dijo que Dios nos necesitaba. Lo recuerdo bien porque lo dijo gritando, además de que esa frase me pareció muy rara, y me despertó porque yo me estaba quedando atrapado en las garras del sueño que me entra algunos domingos en la mañana. Nunca había pensado en si Dios me necesitaba o no, así que surgieron muchas preguntas en mí luego de escuchar lo que dijo ese “predicador”: ¿Por qué Dios me necesitaría? ¿En qué sentido Dios podría necesitar a alguien? ¿Qué clase de Dios me necesitaría? Desde entonces he escuchado a muchas personas decir que Dios nos necesita (personas que, por cierto, generalmente no se caracterizan por dar una vida de frutos). Dicen que es justo decir que Dios no nos necesita, pero que él debe necesitarnos porque nos ama y nos quiere para ser feliz y completo. Dicen que por eso nos hizo. De hecho, hace poco vi en Facebook que un músico cristiano muy reconocido escribió una reflexión llamada “Si Dios no te necesita, no estés con Él”. ¿Tiene sentido decir que Dios nos necesita? He visto que las personas que dicen esa clase de cosas no citan a la Biblia. Creo que se debe a que no hay versículo que dé a entender que Dios nos necesita o que lo exprese claramente (y si acaso alguien cree que existe alguno, es porque ha sido sacado de contexto). Esas personas tampoco dan un argumento lógico para decir lo que dicen. “Dios no es un pobre que requiere de limosnas de amor y servicio” Por supuesto, algunos hablan de que hay sentidos en los que podría decirse que Dios nos necesita y entiendo bien a qué se refieren, pero en última instancia, en realidad Él no nos necesita para nada. Dios no es un pobre que requiere de limosnas de amor y servicio. Él ya lo tiene todo en la trinidad, en sí mismo. Dios puede usar a quien quiera y lo que sea para mostrar Su gloria y extender Su Palabra en la tierra. Nos quiere usar aunque no nos necesite. De hecho, Dios tampoco necesita ser adorado para ser asombroso y soberano absoluto. Nosotros somos quienes necesitamos adorarlo porque adorarlo es la consecuencia de conocerlo y ser satisfechos por Él. Sé que en el pasado he dicho que el único lugar en el que tú y yo encajamos a la perfección es el corazón de Dios. Ahora veo que puede haber una malinterpretación cuando la gente lee eso. Cuando la gente lee algo así, asume que somos como piezas de lego que encajan en Dios y lo completan, cuando en realidad me refería a que nuestra habitad natural es el epicentro de su amor (lo que llamo “el corazón de Dios”). Sin Dios somos como peces fuera del agua. Los cristianos no existimos para estar toda una eternidad fuera de Su presencia, sino para estar cerca de Él. Es allí donde realmente podemos ser quienes nacimos para ser. Estudiando humanismo en la universidad como parte de mi carrera, aprendí que el pensamiento de que Dios nos necesita es una variación del humanismo. El humanismo es la filosofía que coloca al hombre como centro de todas las cosas y eso contradice lo que Dios ha revelado. Dios enseña que de Él, por Él y para Él son todas las cosas (Romanos 11:36). También enseña que en Jesús fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él (Colosenses 1:16). Entonces allí podemos ver que Dios nos hizo para Él aunque no nos necesite para nada. Nos hizo para Su gloria aunque no nos necesite para mostrar su Gloria. Nos hizo porque quería hacerlo y su soberana voluntad siempre tiene la razón (Salmos 135:6). ¿Por qué es bueno que Dios no nos necesite? Yo no conozco al Dios imaginario y débil en quien creen las personas que dicen que Dios nos necesita. Si Dios nos necesitase para ser felices, ¿Cómo podría ser llamado Dios? ¿Cómo podría hacerme infinitamente feliz cuando Él ni siquiera lo es? “Dios sí puede satisfacer las fábricas de sed que son nuestros corazones” A algunas personas les parece cruel o extraño que Dios no nos necesite. A mí me resulta una verdad gloriosa y que mueve mi vida. Es una buena noticia para ti y para mí. Significa que Dios sí puede satisfacer las fábricas de sed que son nuestros corazones. Si Dios nos necesitase para ser feliz, entonces Él no podría ser una fuente infinita de gozo eterno para todo aquel que está sediento. Pero Él no nos necesita. Somos nosotros quienes lo necesitamos a Él. Somos nosotros los que requerimos todo lo que Él es y nos concede por amor a Su nombre cuando lo miramos. Somos nosotros los que tenemos sed. Josué Barrios

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