jueves, 12 de diciembre de 2013

El Nazareno

Amados, la cultura en la que vivimos nos ha hecho creer una suposición falaz. A Jesús se le conoce como a un hombre de pelo largo porque supuestamente había sido consagrado nazareo. Dada la similitud del vocablo hebreo nazar (separar) y nezer (corona) con el término griego Nazaret (Ναζαρέτ), los torcedores de la Biblia han visto una fuente para apoyar su desvarío. El evangelio de Mateo, en capítulo 2:23 señala que Jesús vino a vivir en la ciudad de Nazaret, a fin de que se cumpliese lo dicho por algunos profetas. ¿Pero qué fue lo que dijeron esos profetas respecto a Jesús de Nazaret? Isaías, Jeremías y Zacarías declaran que saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo. He aquí el varón cuyo nombre es Brote, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. (Isaías 1: 11; 53:2; Jeremías 23: 5; 33:15; Zacarías 3:8 y 12). Las palabras renuevo, retoño, pimpollo, brote, vástago, rama pueden ser consideradas sinónimas del vocablo hebreo utilizado [netser / nay·tser/], el cual aparece en cuatro ocurrencias solamente en el Antiguo Testamento y siempre en sentido figurativo. Como esto fue lo que los profetas dijeron respecto a Jesús como el Netser (el brote o pimpollo), nos preguntamos por qué razón en el Nuevo Testamento se menciona a Jesús Nazareno cumpliendo las Escrituras o profecías referentes a que sería llamado de tal forma. ¿Qué quiso decir Mateo cuando refirió a que se cumpliría lo escrito por los profetas? ¿Quiso decir Nazareno o Nazareo? La similitud de los dos vocablos es grande, no solamente en muchas de las lenguas modernas, sino entre sus sonidos en hebreo y en griego, como ya vimos: Naytzar y Nazaret. Ciertamente Mateo estableció una relación semántica entre los signos lingüísticos, dado que la ciudad de Nazaret era conocida por varias marcas significativas: era llamado el pueblo del brote - por sus muchas ramas que crecían por doquier-, era el lugar de desprecio según los judíos nacionalistas, porque los romanos llevaban allí a sus tropas como lugar de acuartelamiento. De manera que cuando José y su familia se asentaron en Nazaret, el Mesías llegó a ser más tarde despreciado a los ojos de muchos en Israel. Recordemos lo que uno de sus discípulos dijo cuando Felipe le habló por primera vez sobre el Mesías encontrado en Nazaret, la tierra del brote como habían anunciado los profetas: Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Ese era un lugar de desprecio, pero era el lugar del brote. Por ello Jesús le dijo: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño, como queriéndole decir que su desprecio por los Nazarenos le era natural como judío (Juan 1: 46-47). Ahora pasemos a describir las implicaciones de los nazareos. Su etimología nos anuncia una separación y consagración, un apartarse de. De manera que los nazareos pertenecían a una clase de personas consagradas para Jehová. Se era nazareo por ejercicio de un voto que duraba un tiempo determinado o por mandato de Jehová, antes de que la criatura apartada naciera. Tal es el caso de Sansón, por ejemplo (Jueces 13:5, 7; 16:17). Curiosamente, el término nazir hace referencia a un tipo de uva no cultivada. El nazareo no debía consumir vino, ni la uva misma en ninguna de sus formas. Tampoco podía tocar cosa inmunda ni estar cerca de un cadáver. Además, su cabello era su corona con la cual se mostraba públicamente que había sido apartado para ser un nazareo. En el libro de Números, habló Jehová a Moisés, diciendo: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas. Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá. Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello. Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará a persona muerta (Números 6). Con estos mandatos presentes evaluemos rápidamente la actuación de Jesucristo en el Nuevo Testamento. Nunca se nos dice que tuviese el cabello largo. Convirtió el agua en vino, tomó vino (en griego óinos) tanto en las bodas de Caná como con los publicanos (Juan el bautista se abstuvo de ello, pero el Hijo del hombre come y bebe con los publicanos), así como en su última cena. No sólo se acercó a cosas inmundas como leprosos, a quienes sanó, a una mujer con flujo de sangre a quien curó porque ella tocó su manto, sino que se acercó a Lázaro, quien hedía como cadáver de tres días, para resucitarlo. Además de Lázaro, también resucitó al hijo de la viuda de la ciudad de Naín, tocando su féretro (aunque no es el cadáver, también es algo inmundo porque lo contiene, como dice Números 6: no se acercará a persona muerta). Al hacer un resumen podemos repasar lo dicho hasta ahora: 1) Que Jesús no se abstuvo de vino en absoluto (Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores (Lucas 7: 33- 34); 2) Que se acercó y tocó cosa inmunda, como leprosos, mujeres con flujo de sangre y cadáveres (Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él (Lucas 5: 12- 13); 3) Que en ninguna parte de la Biblia, ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento se dice, se sugiere o se relata que Jesús el Mesías sería un nazareo, ni por voluntad propia como hombre ni por voluntad divina como Dios; 4) Que tampoco se señala en la Biblia que Jesús de Nazaret tuviese el cabello largo, como era mandato obligatorio para los nazareos. La conclusión derivada es que el Jesús de las películas presenta una imagen falsa de su identidad, con la tendencia peligrosa a compararse con un ser humano consagrado a Jehová para una misión terrenal, como lo fue el caso de Sansón. Es posible que alguna traducción infeliz de las Escrituras haya confundido con o sin intención el término hebreo con el vocablo griego, dada la similitud de ambos, para producir un sentido equivocado. No cabe duda de que en lengua hebrea nazar (separar) y nezer (corona) tienen una similitud fonética con el término griego Nazaret (Ναζαρέτ), pero ya vimos que el pimpollo, renuevo, Brote de Jehová vivió en la ciudad de los brotes, conocida por los hebreos y por los soldados romanos como Nazaret. Estos últimos hacían en ella su acuartelamiento, lo que hoy día podía compararse a una base militar de un imperio. Por eso los judíos nacionalistas tenían la razón política de despreciar a todo el que habitase esa ciudad, criterio del que no escapó uno de sus discípulos cuando fue invitado por Felipe: ¿De Nazaret puede salir algo bueno?

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