miércoles, 27 de noviembre de 2013

La personalidad del Espíritu Santo

Amados, lingüísticamente, está claro que la terminología teística masculina domina las Escrituras. A través de ambos Testamentos, en las referencias de Dios se usan pronombres masculinos. Los nombres específicos para Dios (p.ej. Yahvé, Elohim, Adonai, Kurios, Theos, etc.) son todos del género masculino. Nunca se le es dado a Dios un nombre femenino, o referencia en la que se utilicen pronombres femeninos. El Espíritu Santo es mencionado como masculino en todo el Nuevo Testamento, aunque la palabra misma para “espíritu” (pneuma) realmente es de género neutro. La palabra hebrea para “espíritu” (ruach) es femenina en Génesis 1:2. Pero el género de una palabra en griego o en hebreo no tiene nada que ver con la identidad del género. Los detractores de la personalidad del Espíritu Santo basan su argumento en que la palabra “Espíritu” se haya escrito en el idioma griego en forma neutra, por lo tanto hay que tratarlo como una “cosa” o una “fuerza impersonal y no como persona. En defensa de esa posición se puede decir, que la misma palabra “Espíritu” la podemos encontrar como femenino en el idioma hebreo o arameo y no por ello deberíamos llamarla “La Espírita Santa”. En el latín y sus lenguas derivadas, así como en alemán, la palabra Espíritu es presentada en forma masculina “El Espíritu”. Concluimos entonces que si cometemos el error de confundir el sexo gramatical con el sexo físico, podríamos decir que el Espíritu Santo no es ni femenino, ni masculino ni cosa. El punto que aclara la pneumatología (estudio del Espíritu), no es el sexo del Espíritu, sino su personalidad. Por medio de este estudio vamos a demostrar bíblicamente, la personalidad del Espíritu Santo y su carácter de Dios. A. La importancia de su personalidad El habla lo que El oye (Jn. 16:13; Hch. 13:2), y Él dice que ha venido al mundo para glorificar a Cristo (Jn. 16:14). En contraste a esto, la Escritura representa al Padre y al Hijo, como hablando de sí mismos. Pero El E.S. no habla de sí mismo, sino da testimonio de ellos. B. La personalidad del espíritu santo en las escrituras 1. El Espíritu hace aquello que sólo una persona puede hacer. a) El convence al mundo: «Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio» (Jn. 16:8). b. El enseña: «El os enseñará todas las cosas» (Jn. 14:26; ver también Neh. 9:20; Jn. 16:13-15; 1 Jn. 2:27). c) El Espíritu habla: «Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!» (Gá. 4:6). d) El Espíritu intercede: «Pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles» (Ro. 8:26). e) El Espíritu guía: «Guiados por el Espíritu» (Gá. 5:18; cf. Hch. 8:29; 10:19; 13:2; 16:6-7; 20:23; Ro. 8:14). f) El Espíritu señala a los hombres para el servicio específico: «dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado» (Hch. 13:2; cf. Hch. 20:28). g) El Espíritu está El mismo sujeto a un plan (Jn. 15:26). h) El Espíritu ministra: El regenera (Jn. 3:6), El sella (Ef. 4:30), El bautiza (1 Co. 12:13), El llena (Ef. 5:18). 2. Él, como una persona, es afectado por otros seres. a) El Padre le envía al mundo (Jn. 14:16, 26), y el Hijo le envía al mundo (Jn. 16:7). b) Los hombres pueden hacer enojar al Espíritu (Is. 63:10), pueden contristarle (Ef. 4:30), pueden resistirle (1 Ts.5:19), pueden blasfemarle. (Mt. 12:31), pueden mentirle (Hch.5:3), pueden hacerle afrenta (He. 10:29), pueden hablar en contra de El (Mt. 12:32). 3. Todos los términos bíblicos relativos al Espíritu implican su personalidad. a) El es llamado «otro Consolador» (Abogado), lo cual indica que El es una persona tanto como lo es Cristo (Jn. 14:16-17; 26; 16:7; 1 Jn. 2:1-2). b) A El se le llama Espíritu en el mismo sentido personal que Dios es llamado Espíritu (Jn. 4:24). c) Los pronombres usados para el Espíritu implican su personalidad. En el idioma griego la palabra «espíritu» es un nombre neutro, el cual, naturalmente, requiere un pronombre neutro, y en unas pocas oportunidades es usado (Ro. 8:16, 26); pero a menudo se usa la forma masculina del pronombre, enfatizando el hecho de la personalidad del Espíritu (Jn. 14:16-17; 16:7-15). C.- Como una persona de la trinidad, el Espíritu Santo es co-igual con el Padre y el Hijo. 1. Él es llamado Dios. Este hecho se verá comparando Isaías 6:8-9 con Hechos 28:25-26; Jeremías 31:31-34 con Hebreos 10:15-17. (Notar también 2 Co. 3:18 y Hch. 5:3, 4. « ¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?... No has mentido a los hombres sino a Dios».) A pesar de que los juicios de Dios han caído tan drásticamente sobre algunos que han mentido contra el Espíritu (Hch. 5:3), y aunque a los hombres evidentemente no se les permite jurar en el nombre del Espíritu Santo, y aunque El es llamado el Espíritu Santo, es cierto que El no es más santo que el Padre o el Hijo; la absoluta santidad es el primer atributo del Trino Dios. 2. Él tiene los atributos de Dios (Gn. 1:2; Job 26:13; 1 Co. 2:9-11; He. 9:14). 3. Él Espíritu Santo ejecuta las obras de Dios (Job 33:4; Sal. 104:30; Lc. 12:11-12; Hch. 1:5; 20:28; 1 Co. 6:11; 2:8-11; 2 P. 1:21). 4. Como se indica arriba, el uso de los pronombres personales afirma su personalidad. 5. Se presenta al Espíritu Santo en la Escritura como un objeto personal de fe (Sal. 51:11; Mt. 28:19; Hch. 10:19-21). Como un objeto de fe, Él es también Alguien a quien se le debe de obedecer. El creyente en Cristo, caminando en compañerismo con el Espíritu, experimenta su poder, su guía, su instrucción y su suficiencia, y confirma experimentalmente las grandes doctrinas concernientes a la personalidad del Espíritu, la cual es revelada en la Escritura. •Un error común que se comete respecto al Espíritu Santo, es el referirse al Espíritu como “el (neutro,)” algo que la Biblia nunca hace. •El Espíritu Santo es una persona. Él tiene los atributos de una personalidad, realiza las acciones de una persona, y tiene relaciones personales. •Él tiene percepción (1 Corintios 2:10-11). •Él conoce cosas, que requieren un intelecto (Romanos 8:27). •Tiene una voluntad (1 Corintios 12:11). •Convence de pecado (Juan 16:8). Realiza milagros (Hechos 8:39). •Guía (Juan 16:13). •Intercede por las personas (Romanos 8:26). •Se le debe obediencia (Hechos 10:19-20). •Se le puede mentir (Hechos 5:3), resistir (Hechos 7:51), contristar (Efesios 4:30), blasfemar (Mateo 12:31), aún insultar (Hebreos 10:29). •Él se relaciona con los apóstoles (Hechos 15:28), y con cada miembro de la Trinidad (Juan 16:14; Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14). •La personalidad del Espíritu Santo es presentada sin ninguna duda en la Biblia. ¿Debemos adorar al Espíritu Santo? Cuando el cristiano adora a Dios, no está adorando a tres dioses, sino a un solo Dios verdadero y ese Dios verdadero hay manifestadas las tres personas de la trinidad, El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Por lo tanto al adorar a Dios, todo Dios está siendo objeto de culto y no sólo una parte de él. La Escritura nos indica que El Hijo reveló al Padre y que el Espíritu Santo invita a adorar al Hijo. En la Escritura no hay indicios de que alguien haya adorado de forma particular al Espíritu Santo, no afectando en lo absoluto su personalidad divina. Angel Roberto Mappe

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